2009-Analisis El Pater

Análisis de ELPATER (contribuciones en Terrae Antiquae)
18/1/09
Si no salen las cuentas con la motivación, tampoco salen con la autoría. Como ya comenté hace tiempo, tan sólo una locura repentina y absoluta de Eliseo Gil podría explicar que hubiera hecho una cosa así en su propia excavación.

He mirado con cierto detenimiento los informes sobre el método empleado, que me parece la piedra de toque de todo lo demás. Como se ha dicho varias veces, y como dicen también los informantes (y si no lo dicen deberían haberlo dicho), la clave para considerar que los óstraka son antiguos, para empezar a considerarlos así, está en el sellado del estrato en que aparecen, el 51144, y sobre todo en el estrato que pretendidamente lo sella, el 51143, que se presenta como de derrumbe de la cubierta y su entramado de madera, cubriendo y sellando el inferior (el que contiene los óstraka).

A mi juicio, la documentación aportada por Gil no demuestra, ni por asomo, ese pretendido sellado que convertía el estrato subyacente, el 51144, en la famosa cápsula del tiempo. No sólo no lo demuestra, sino que no se ofrece ni una sola fotografía (salvo error u omisión por mi parte) de esa capa continua de lajas de cubierta. De esa unidad estratigráfica de sellado 51143, que es la crucial (me estoy refiriendo excusivamente a la Domus Pompeiae Valentinae, que no lo había dicho), tan sólo se ofrecen descripciones verbales y croquis estratigráficos, en planta y en sección, que no sólo no son suficientes para demostrar el sellado, sino que resultan parcialmente contradictorios con esa interpretación.

Lo mismo ocurre con la unidad subyacente 51144; la única fotografía general que se ofrece, de la unidad antes de proceder a su excavación, sugiere que algo ha ocurrido en la zona centro-norte, en la que se observa una clara discontinuidad en relación con el resto de la superficie, precisamente allí donde aparecerá, más abajo, la principal concentración de óstraka.

Líbreme Shroud de afirmar que la unidad 15143 no sella, ni que la 15144 ha sufrido intrusiones posteriores. Pero lo que sí afirmo, en lo que desde mi escasa capacidad puedo afirmar y no le den más valor que ése, es que no se ha demostrado ese sellado, por lo que es posible que haya habido intrusiones. Una buena fotografía de la capa de lajas pétreas de la cubierta cubriendo en su totalidad (o cuando menos en la parte de las concentraciones de óstraka) la unidad inferior habría podido ser suficiente como para tomar en serio la interpretación y ponerse a trabajar sobre ella. Al no haberla, nada se puede decir salvo haciendo acto de fe. Y ya hemos comentado que la fe (salvo la buena, que es otra cosa) en ciencia no pinta nada, que lo que pintan son pruebas y argumentos.

Y también los argumentos fallan, y no me refiero ahora al sellado (posible pero no mostrado ni menos probado), sino a la interpretación del estrato inferior, el 51144, como resultado de un derrumbe de paredes y estructuras con reventón de una caja o armario que contenía los óstraka. Tampoco resulta fácilmente aceptable por unas cuantas razones en las que no entraré ahora, sin negarme a comentar estos aspectos si alguien así lo requiriere. Digamos simplemente que la interpretación propuesta, un derrumbe o colapso de posibles paredes o tabiques de adobe seguido por un incendio que provoca la caida de la cubierta, nunca daría lugar a un estrato casi horizontal, de superficie lisa sin irregularidades aparentes. Antes al contrario, esa sucesión de acontecimientos formaría grandes irregularidades, con concentraciones de material de construcción allí donde se producen los derrumbes parciales, con vacíos en otros no afectados, con mezclas de materiales de derrumbe de las paredes, materiales del tejado y materiales preexistentes, desplazándose unos a otros y amontonándose de forma irregular en el proceso de la caida. Y no es eso lo que encontramos en las fotos y dibujos, sino lo contrario. Abajo, un estrato homogéneo, de superficie casi horizontal, sin irregularidades palpables. Encima, otro estrato ordenado, pretendidamente homogéneo (así es en la foto parcial que se presenta, pero sólo es una, con lo que no podemos acceder a los otras zonas no presentadas), todo ello con gran orden. Lo que se ve hace pensar en la mano humana, que horizontaliza o regulariza el estrato inferior, 51144, antes de la deposición, por caida o por lo que sea, del superior, del que sella, el 51143.

Insisto en que no niego el sellado, sino que digo que no se presentan pruebas (simples fotos, que no se pide tanto) de que eso es así. Y sin pruebas, la hipótesis se rechaza, por eso que comentamos de la carga de la prueba: es a quien afirma a quien corresponde probar. A mi juicio no se ha hecho. Y afirmo además que la interpretación propuesta no me parece coherente con la documentación que se presenta.

Si no recuerdo mal, lo mismo apuntaron los investigadores extranjeros contactados. La diferencia a su favor frente a lo que hemos visto aquí es que ellos pidieron que se les remitiese más documentación. Que yo sepa, ni se les remitió, ni tan siquiera fue solicitada. Lo cual es una pena, por eso de que la mujer del César no sé cuántos, y tanto más mujer del César se es cuanto más cerca se está de César, es decir, del poder.

Hay otras cosas del informe del Departamento con las que no estoy de acuerdo, pero estoy cansado y me temo que no serían tampoco de interés general. De todas formas lo importante, lo fundamental según mi punto de vista, era lo del sellado de la cápsula del tiempo que acabo de comentar.

Y me sigo sin coscar del porqué de esta espera de dos años para conocer estos documentos. La única explicación que se me ocurre es la de que se esperó el momento oportuno, desde una óptica politiquera (que no política en su sentido más noble de gestión de los asuntos de la ciudadanía), para obtener el mayor rendimiento. La explicación es tan fea que prefiero no considerarla, que bastantes motivos para la depresión nos está ofreciendo el mundo. Pero de verdad, no lo entiendo. Y lo de que el asunto estaba en manos del fiscal, francamente, no cuela ni de coña.

Una última reflexión final volviendo al principio, y cierro: si Gil hubiese intentado engañar, no habría presentado esta documentación. Habría obviado establecer diferencias en la UE 51143, en lugar de dividirla en A y B con diferentes composiciones y concentraciones de lajas, forzando la mano en la homogeneirdad y compacidad del estrato que en teoría sellaba al inferior. Y habría variado también un poquito la descripción del 51144. Puestos a mentir, al menos crear una mentira coherente. Y no lo hizo. Entiendo que Gil es sincero en su documentación, que recoge y refleja con la fidelidad posible lo que allí había. Y lo que presenta, como dicen los Grandes Expertos Europeus, es creíble y coherente. Si no se tratase de estratos extraordinarios que ofrecen materiales extraordinarios que exigen pruebas extraordinarias, habrían pasado cualquier criba sin mayor problema.

Pero no fue así. Salieron los óstraka, se vieron en la necesidad de explicarlos, y hubo necesariamente que parir una explicación rocambolesca, porque los datos no cierran ni de coña con una explicación normalita. El calentón, la visión de lo grande, la prensa, los expertos que animan… y el wishful thinking. Relajación de los procesos lógicos, y para colmo olvido de la navaja de Okham en la estantería del cuarto de baño. Pero, entiendo, honradez en lo fundamental. Error, no estafa. Todo muy humano, y no necesariamente de mala persona. Incluso, si me apuran, diría que justamente lo contrario.

Y disculpen el rollo, pero es lo que hay, o al menos es lo que veo.

19/1/09
Gracias, Percha, pero no se trata de bondad, sino de mi capacidad de análisis, que no tiene por qué ser buena ni estar acertada. Si viese claro que Gil ganaba algo con este enredo, si al mismo tiempo las falsificaciones fuesen mejores y tuviesen alguna posibilidad a plazo medio de colar como buenas, mi pensamiento seguramente sería otro. O si hubiese intento de falsear los informes arqueológicos, lo que no veo por ningún lado. Pero tal como veo las cosas, me parece más, como digo, un asunto de relajo del pensamiento crítico y de confusión y error que cualquier otra cosa.

Lo del gráfico, francamente, no acabé de entenderlo bien, sobre todo por no haberlo visto; cuando llegué a él ya lo habían retirado. No tengo claro todavía si el gráfico es un patrón con las anomalías sobre él de cada pieza (o de todas juntas), que es como se presenta en el informe, o si se mostró como algo totalmente original, sin que hubiese un patrón de base. En cualquier caso la chapuza-mentira-bola o lo que sea es obra de Cerdán, no de Gil, ¿no?

En cuanto a su competencia, puedo garantizarle que el informe de Iruña, con todas las deficiencias señaladas (en este sentido señalo que algunas que plantea el Departamento a mi juicio no lo son, aunque hay otras que sí) en materia de registro, y dejando al margen la interpretación de los óstraka, es muy superior a los que habitualmente se presentan, al menos en mi tierra. Si no hubiesen existido los óstraka, en ese informe no se habría detectado nada escandaloso. Como tampoco hubo nada escandaloso en los presentados los años anteriores, supongo.

Con el informe (y con la forma de excavar y registrar que refleja) pasa como con ese chascarrillo en que una señora le pregunta a otra si su marido está de buen ver y mejor palpar. "¿Comparándolo con quién?", responde la amiga. Pues el informe de Gil, lo mismo. Como la vida misma.

Lo que sí es cierto, y a mí me provoca perplejidad y un sentimiento del que no está ausente la solidaridad, es que los fabulosos hallazgos que parecían impulsarlo a la gloria han llevado a Gil a un desastre del que le va a ser difícil salir y recuperarse. No me provoca particular alegría, no.

Es cierto también que Gil se ha tragado o le han colado unos cuantos goles. Tan cierto como que antes, o al menos al mismo tiempo, una serie de ilustres también se los tragaron, y no he visto que ninguno haya sido expulsado de su puesto de trabajo. Ni que entonase ningún mea culpa.

"La paleta nacional", próxima peli de Berlanga.

22/1/09
Ahora ya más en serio. Me he leido las alegaciones de Eliseo Gil, y creo que hay bastantes asuntos dignos de comentario, pero el tiempo escasea y el despertador ya empieza a amenazar antes de entrar en las sábanas.

Me parece que Gil equivocó el enfoque. Dedica la mayor parte de sus alegaciones a critircar el informe del Departamento de Arqueología, en ocasiones de forma que creo acertada, en otras no. Pero tenga o no razón, no parece haberse dado cuenta de que el objeto que se está analizando, examinando y valorando no es el informe del Departamento, sino la validez de su excavación, y los métodos, técnicas y procedimientos aplicados en ella. Lo hace, además, después de saber que incluso el informe que le era más favorable, el de Perring (y lo es; en ese caso tiene razón al quejarse de que el Departamento amplificó las críticas del experto italiano y de alguna forma ocultó las frases positivas que Perring, matizadamente, le dedica), señalaba que la documentación aportada no era suficiente. Me parece que lo que Gil podría haber hecho es desmontar las críticas del departamento de forma positiva: aportando la documentación que demostrase que él tiene razón y el Departamento no. Y no lo hace. El problema es que, aunque tuviese razón en todo y demostrase que el informe del Departamento es una chapuza malintencionada destinada exclusivamente a desprestigiarlo, eso no convertiría en mejor sus métodos, sus procedimientos y su excavación, que es lo que se valoraba.

El experto italiano Dr. Milanese dice algo que yo apunté también: que las dudas sobre la famosa y crucial capa de sellado podrían resolverse, o al menos inclinar la balanza a favor de Gil, presentando fotografías generales en las que se viese esa famosa capa continua de lajas que sellaría, según Gil, el estrato inferior en el que aparecieron las óstraka; indica igualmente Milanese que de esa capa fundamental sólo se aporta una foto de detalle y croquis de plantas y secciones, lo que no es suficiente para comprobar lo que ocurre en la totalidad de la superficie de unos 60 m2 si no recuerdo mal.

Responde Gil que eso ya está en los informes que él entregó a la comisión y no fueron remitidos al italiano. Pues bien, salvo que la Diputación Foral de Álava no haya colgado en la web todos los informes aportados por Gil, me temo que lo que dice no corresponde a la verdad. Si existe esa foto general de la capa de lajas, no soy capaz de encontrarla en ninguno de los informes. Si veo, en cambio, lo que decía Milanese: foto de detalle y dibujo de secciones. Pero la foto general, que demostraría que esa capa continua sellaba la estancia excavada, no la encuentro por más que busco. Si alguien la encuentra, estaría muy agradecido si me indicase dónde está. Si no está, la respuesta de Gil me resulta incomprensible.

Se señala en alguno de los informes que hay confusión de conceptos sobre las relaciones estratigráficas. La hay. Por ejemplo, de forma muy clara, en cuanto a una de las relaciones habituales, la pareja "se adosa a"/"se le adosa". En ocasiones se aplica bien, como cuando se relacionan de esa forma los muros del habitáculo con la capa de enlucido de arcilla, o con las placas del zócalo de lajas y la masa que une ésta a las paredes. Pero en otras ocasiones se aplica de forma incorrecta, de forma que una plasmación directa de las fichas conduce a bucles sin salida en la matriz. Por ejemplo, en el caso de las zanjas de cimentación de los muros del edificio. Se opta por dar un número a cada uno de los lados del rectángulo de la planta de la estancia, y en las fichas se afirma, al estudiar cada tramo de zanja, es decir, cada unidad estratigráfica individual, que dicha unidad se adosa a las adyacentes. De esta forma, se dice que la zanja A se adosa a la zanja B, con la que forma esquina. Pero al estudiar la zanja B se dice que es ésta la que se adosa a la zanja A, lo que es contradictorio y, por decirlo claro, imposible.

La confusión estriba en no darse cuenta de que la matriz no tiene contenido topográfico, sino simplemente secuencial, temporal. La relación "se adosa a" no quiere decir que la unidad A está pegada a la B, sino que se apoya en ella; la A es posterior a la B en la secuencia temporal. "A se adosa a B" significa, en términos estratigráficos, que primero se hizo B, y después, más tarde, se hizo A. El significado específico de "se adosa a" es diferente del concepto usual no estratigráfico, el que empleamos por ejemplo al hablar de "chalets adosados" con el sentido de que están juntitos y pegaditos, como si dijésemos amarraditos los dos, espumas y terciopelo. Pero eso no es adosarse, sino hacer manitas, que no es lo mismo. Adosarse, en este contexto específico, es apoyarse, arrimarse a algo preexistente. Por lo tanto, si A se adosa a B, eso significa que B ya estaba allí antes de que viniese A a adosársele. Claro, si se nos dice al mismo tiempo que B se adosa a A, es decir, que el que estaba allí primero era A y el que llegó después fue B, la cosa se pone cruda.

Esa confusión existe, pero en realidad, al leer las fichas con cuidado, es corregible una vez detectada. Queda claro, creo que en todos los casos, cuáles son los casos en los que ha habido confusión de conceptos (por ejemplo en las zanjas de cimentación) y cuándo ha sido empleada correctamente (como en las zanjas que acabo de comentar). Por eso dije que el error, aunque exista y sea significativo en alguna medida, no es grave al ser subsanable.

Pero hay otro error más fastidiado, y es el que se refiere a las rupturas, a los cortes, a las soluciones de continuidad, a lo que Harris denomina "interfaces". En el caso concreto de la casa de la señá Valen, se concreta en dos casos ciertamente importantes:

- Por una parte está ausente una interfaz fundamental, cual es la de destrucción de los muros que definen la estancia. Esto nos priva del dato que nos llevaría, de existir, al momento de destrucción de dichos muros, necesariamente anterior a la deposición de la unidad estratigráfica que cubre a la interfaz, a la superficie que delimita por encima lo que ha quedado de los muros primitivos. Al no registrar esa unidad etratigráfica tal precisión desaparece. Es fuerte y difícilmente justificable.

- Por otra, se establece en sentido contrario una interfaz de horizontalización de la que no se presenta ningúna prueba física ni ningún argumento de más peso que la mera suposición. Tengo que darle todavía una vuelta más al informe Gil, porque es posible que el problema esté en mí al no haber entendido bien la cosa. Pero la verdad es que en estos momentos mi impresión es que esa interfaz general es simplemente un invento, necesario para hacer cuadrar la interpretación del uso de la estancia en el III. Volveré sobre esto cuando pueda, porque me parece que ahí puede estar una de las claves de la interpretación (o la mala interpretación) de la historia del edificio entre el I y el III.

A pesar de lo expuesto, debo decir también que concuerdo con la afirmación de Perring de que el informe en conjunto es más que aceptable. En mi opinión es de mejor calidad, incluso con los errores, que los que son usuales por mi tierra. Y posiblemete sea el primero que me encuentro en el que el detalle de la documentación y la estandarización del método me permitió construir mi propia matriz y hacer mi propia interpretación.

Aunque sea repetir el chascarrillo, insisto en que valorar este informe es como responder a la pregunta "¿Tu marido está bueno?" -"¿Comparado con quién?"

Planteado así, el informe está algo cojo de una pierna y tiene un poquito de barriga incipiente. Pero, comparado con el común de los informes, la respusta sería que no es Robert Redford, pero que tampoco es para hacerle ascos y desde luego está más bueno que la mayor parte de sus compañeros. Es decir, depende del nivel de exigencia.

Pero lo que también es verdad es que los errores inciden directamente en lo que ha dado lugar al embrollo: la existencia de actividad ostrakeira en el III, y el sellado de la cápsula del tiempo. Todo ello basado en una unidad estratigráfica que, más que estar, se le supone. Aunque me fastidie tener estas ideas, lo cierto es que tengo la impresión de que esa unidad estratigráfica fantasma fue inventada ad hoc para poder interpretar los óstraka como auténticos. Es posible que esté equivocado, pero en estos momentos pienso que si no hubieran aparecido los óstraka la interpretación de la estratigrafía, y la plasmación de ésta en la propia matriz, habría sido muy diferente y esa unidad negativa fantasma no habría aparecido para nada.

Me voy al sobre, con sus respectivos permisos, que tanto me reconfortan y tanto agradezco. Y que sean buenas noches para todos. Y Dios en la de idem.

Hagan una golfería los que puedan. Los demás tendremos que conformarnos con ser buenos.

22/01/09
Así es, Koenraad. Creo que tiene razón en lo que acaba de decir. Y si está equivocado, lo estamos dos.

Tienen razón también, si los hechos son como relatan, los "arqueólogos disidentes" cuando señalan la metedura de pata al seguir excavando como si nada, con un sistema (voluntarios de campo de trabajo sin más) que ofrece pocas garantías, un recinto que estaba suministrando una concentración anormal de óstraka excepcionales, por una parte, y por otra, la de presentar en sociedad esas piezas revolucionarias señalando insistentemente que gozaban de todas las bendiciones y circunstancias que las convertían en inequívocamente auténticas. Esos dos son (insisto en que con los datos que barajamos y sin tener en cuenta lo que no sabemos) los pecados fundamentales de Eliseo Gil, no otros que se dicen pero que son igualmente inventos.

Las administraciones, corporaciones y entidades financiadoras pasan olímpicamente de la arqueología como método de producción de conocimiento histórico. Normalmente quieren sólo resultados utilizables por ellas, sea en monumento visitable capaz de provocar la admiración del turista (que no del ciudadano, como acertadamente analiza Bermejo Barrera), sea en espectáculo (actual, en plan teatro de Jerasa o de Mérida, o de reenactment en plan Tarraco viva, Ludi veleienses, etc). El caso es que haya movimiento de masas: el valor del Patrimonio Histórico se mide en desplazamiento de consumidores, y el mayor éxito consiste en que los centenares de miles de turistas revienten la capacidad de absorción del monumento. Tanto más éxito tiene cuanto más impide, por saturación, la capacidad de aprendizaje y de gozo del visitante, sin contar los efectos destructores de la sobreocupación, cosa que la UNESCO no se cansa de advertir. Así de perversa es la situación actual.

La relativamente reciente aparición de esos extraños ejemplares económicos que son las empresas de arqueología (las únicas empresas que conozco cuya finalidad principal inicial no es la obtención de beneficios, sino la satisfacción de la vocación de los propietarios), desde unos pongamos 20 o 25 años, da a las administraciones y corporaciones una oportunidad de oro para deshacerse del marrón y cargarlo sobre los hombros de la empresa. No es infrecuente que se firmen contratos y convenios que abarcan todo, y así el arqueólogo-empresario se convierte en supermanager (de "eventos", de fiestas y circos, de visitas guiadas, de didáctica, de comunicación, de…) además de en director de un programa de investigación y consolidación muchas veces de gran complejidad. El planteamiento es suicida, porque hacer tal cosa es sencillamente imposible.

Para colmo, en los contratos de excavación muchas veces se fija una superficie determinada a excavar a cambio de XXX dinero. Algo igualmente suicida, porque si resulta una excavación sencillita y fácil la empresa se lucra indebidamente, mientras que si aparecen estratos complejos, si los excava convenientemente se arruina. El planteamiento, impuesto desde las administraciones, resulta perverso, insisto, y pones las bases para que los resultados sean descabellados.

Desconozco los pormenores del contrato o convenio firmado entre Euskotren y Lurmen. Pero no me cuesta nadita imaginarme a Gil en Iruña, móvil en mano sonando insistentemente, y con la cabeza ocupada con los trapos que se deberán lucir en los Ludi Veleienses de inmediata inauguración, en la visita de la siguiente autoridad, en las llamadas a la casa de maquinaria de movimiento de piedras y cosas similares. Y le vienen con la coña de que hay que ralentizar el ritmo de excavación. ¡Pero si tenemos que tener excavados tropecientos metros cuadrados para agosto! Imposible ralentizar, coñe, no me calentéis la cabeza que bastante calentada la tengo (frase copirrí de mi amigo José Manuel).

Es una parodia, por supuesto, pero algo así pudo ocurrir. Al arqueólogo se le pone muchas veces en una situación sin salida. Pero aun así había una posibilidad: cambiar de zona y poner a excavar a los chicos europeos en otra zona menos "sensible", si no era posible establecer allí un protocolo más riguroso. Efectivamente todo apunta que ahí hubo error.

El segundo fue no la presentación pública, que debió ser cuando menos aprobada por los catedráticos que lo acompañaron en ella y que después defendieron insistentemente la autenticidad de las piezas. El error estribó en haber ocultado la realidad de cómo aparecieron las piezas, en circunstancias dudosas o cuando menos poco controladas, y haberlas presentado como inequívocamente auténticas, encontradas en un procedimiento riguroso con todas las garantías y cautelas posibles.

Eso es cierto, o lo es con los datos en la mano. Pero todas las demás acusaciones son, hoy por hoy, falsas.
30/02/09
Como en lo que está usted de acuerdo con Ramón yo también lo estoy, nada digo. Hay acuerdo, lo que celebro.

En cuanto a su pregunta, respondo lo que se me ocurre sin la menor garantía de que sea algo ya no acertado, sino ni siquiera sensato (acabo de llegar del monte, completamente empapado después de un día de perros en el que nos empeñamos en hacer frente a los elementos, y tengo la cabeza y las articulaciones a punto de desaparecer disueltos en la humedad).

Decía el profesor Perring que si de unos análisis se derivaba la autenticidad de las piezas, y de otros su falsedad, estaríamos ante un problema de difícil solución. Pues lo que ocurre con lo que usted plantea ahora es lo mismo, a mi entender: si un estrato sellado contiene piezas muy posteriores a él, estamos ante un problema. Que sea fácil o difícil solucionarlo se verá cuando se intente.

De momento no se ha intentado. Se ha preferido negar el problema de forma apriorística, lo cual no pasa de ser una variante de el avestruz escondiendo su cabeza bajo el ala. Se ha preferido emplear normas no regladas y leyes inexistentes empleándolas como el embudo.

Como ya dije, los doctores extranjeros solicitaron que se le pidiese más documentación al director de la excavación. No parece, no consta que se haya hecho. Es, cuando menos, irregular. ¿Habrá sido porque dichos doctores no tienen su título convalidado en España? Según alguna afirmación que por aquí se ha leido, esa circunstancia es suficiente para invalidar el contenido de sus informes. También invalida el del Dr. Volpe, cuya ciencia sólo rige en Italia. Qué cosas hay que leer, rediós.

Pero a lo que íbamos: si las piezas son falsas y al mismo tiempo el estrato está sellado, estamos ante un problema que exige solución. Yo no la tengo. Pero lo primero es verificar si es así o no lo es. Todo lo demás es huir del problema.
31/01/08
Satorrotas, nuevamente vuelve a caer en la conocida como "falacia del tercio excluso".

"si no hay datos para saber si hay cámara sellada o no, pero los artefactos descubiertos en ella son imposibles, pues esos mismos artefactos son los datos que hacen llevar a concluir que no hay cámara sellada.

Pues no, señor Satorrotas. Como mucho, esa situación puede llevarnos a revisar el sellado de la cámara, por si el fallo estuviese ahí. En eso estoy, y en eso estaban los expertos internacionales traidos con tanto bombo y platillo por la famosa Comisión que pudo haber sido y no fue. Pero, como bien saben aunque lo olviden o quieran olvidarlo, los expertos pidieron más documentación, pero la Comisión hizo caso omiso. A mí me parece que esas irregularidades del proceso (se llama a un experto, el experto pide datos, y se da la callada por respuesta) son muy significativas, e igualmente me parece significativo el silencio de ustedes ante esas contradicciones, como me lo parece también el ruido pseudo que sistemáticamente les sigue.

En cualquier caso, la deducción que cualquiera pueda hacer en su cabeza no es nunca demostrativa y explicativa, salvo en matemáticas y similares, en las que cada cual se crea su propio mundo al margen del real y lo dota en el principio de las características que quiere. Por esa razón, por no tener como objeto la realidad sino sus propioso mundos imaginarios, muchos epistemólogos no admiten a las matemáticas como ciencia (aunque un pseudoepistemólogo haya dicho por aquí que eran "ciencias exactas", confundiendo la epistemología con los planes de estudio), aunque por supuesto las consideran un instrumento imprescindible para la construcción de la ciencia.

En ciencia no es la razón ni la lógica las que se imponen a la realidad, sino al contrario. Por esa razón el método científico no es hipotético-deductivo, como pseudoepistemológicamente se ha intentado colar por aquí, sino hipotético-deductivo-experimental. Es el experimento, la contrastación con la realidad, la que convierte el ejercicio lógico en ciencia.

Por la misma razón un razonamiento sobre otra cuestión no puede invalidar una contrastación empírica.

En el caso que le preocupa, es posible, por supuesto, que la unidad estratigráfica no esté sellada. Como le dije, por ahí iban mis sospechas, pero esa línea quedó cortada por falta de datos. De datos puestos a nuestra disposición, se entiende, que los datos claro que están ahí; es posible que una simple visita al yacimiento pueda ser definitoria. Pero en estos momentos no hay datos, y si no hay datos no hay conclusión. No hay conclusión válida, claro, que conclusiones inválidas ya se han dado por aquí un montón de ellas, incluso contradictorias entre si, pero no son válidas.

Volviendo al principio: hay muchas más posibilidades que las dos que contempla. Por ejemplo, y no es más que un invento, ¿qué ocurriría si el estrato 15143 (no sé si pongo bien el número), el de derrumbe de losas que sella, efectivamente sella por completo, pero el derrumbe correspondiese al siglo XVI? ¿Y si los grabados fueron hechos, como se ha dicho también por aquí, en el laboratorio? ¿Y si hubiese un movimiento debido a animales? ¿Y si la intrusión no es desde arriba sino desde un lado? ¿Y si las piezas fueron introducidas por un miembro del equipo de la excavación cuando el estrato 15144 estaba en proceso de excavación, es decir, cuando ya había desaparecido el sellado? ¿Y si…?

Si el estrato está efectivamente sellado, si el sellado se dio en el siglo III, y si las piezas aparecieron en un correcto proceso de excavación nos aparece un problema de difícil solución. El problema es difícil incluso si se aceptase la "autenticidad" de las piezas. Eso fue, entiendo, lo que le ocurrió a Gil. En la excavación de un estrato sellado aparecen unas piezas increibles, unas piezas que tiran por tierra todo lo que se venía diciendo sobre unos cuantos asuntos. Son piezas tan revolucionarias que no se pueden dar por buenas sin más; lo primero es dudar de su autenticidad, aunque la situación estratigráfica apunte a que son auténticas (a mí me pasó con la cinta magnetofónica y la bolsa de pipas). Gil decide someter a crítica esas piezas y lo hace en dos frentes: (1) se las pasa a Cerdán para que estudie la continuidad de la pátina, y (2) recurre a Santos Yanguas y Enrique Knörr para que las sometan a crítica desde la historia, la epigrafía y la lingüística.

Las respuestas de los tres son concluyentes: las piezas no son falsificaciones recientes, dice Cerdán, y las piezas son auténticas, dicen con auténtico entusiasmo Knörr y Santos Yanguas.

Gil da por buenas las conclusiones y no le queda otra que buscar una explicación. Sólo la encuentra mediante la hipótesis rocambolesca del preceptor egipcio que en el pedagogium enseña al mismo tiempo latín, euskera, cristianismo y jeroglífico egipcio.

Pronto saltan críticos, en concreto Gorrotxategi. Pero Santos Yanguas y Knörr saltan de inmediato en respuesta a éste y en defensa de la autenticidad de las piezas.

A partir de ahí empieza un montaje mediático-político que nada tiene que ver con las piezas ni con Iruña-Veleia, sino con asuntos mucho menos edificantes. Si algún interés tiene es como ejemplo de miserias humanas.

En el aspecto científico, en ese momento se ha terminado el reparto de juego. Está todo sobre la mesa.

Ahora resulta que todo era evidente. Pero una comisión de supersabios tardó un año en llegar a una conclusión, y ni siquiera llegó. Que los echen a todos por incapaces. ¡Mire que tardar un año en ver lo que, según ustedes, el director de la excavación debería haber visto en el momento!

Y para ustedes, los responsables son Gil y Baldeón. Pues me da la impresión que también su posición resulta claramente significativa.

31/1/09
Lleva razón, Alicia, en sus precisiones. De hecho, en resúmenes anteriores siempre he citado a Gorrochategui como uno de los académicos que apoyaron a Gil en las ruedas de prensa iniciales. También creo que es cierto que desde el principio, o casi, se mostró más prudente. Con todo, ese final de entrevista ("-¿Se le ha pasado por la cabeza que el hallazgo pueda ser falso? -…Para mí están abiertas todas las posibilidades, también que sea verdadero") es tremendo.

Yo también lo siento, pero al principio tragaron todos, e incluso tiempo después el más dubitativo no se atrevía a afirmar falsedad. Esta es una de las razones por la que me parece profundamente injusto que se venga ahora acusando a Gil de no haber detectado la falsedad de las inscripciones, cuando Gil no es un miembro de la "academia" (espero que otros entiendan el sentido amplio que doy al término) sino un profesional en ejercicio. Si a los grandes expertos les coló durante meses, ¿cómo se va a exigir que no le cuele a un profesional que dista de ser experto acreditado en las respectivas especialidades?

Esta tarde releí con calma algunas de las actas de la Comisión. No deja de llamarme la atención que, durante meses, se insista en la necesidad de contar con más y más especialistas. ¿No era todo tan evidente?

Pero bueno, está visto que no hay forma de romper este muro de silencio que transforma la realidad a gusto de… ¿de quién?

1/2/09
Una revisión somera de las actas de la Comisión Asesora permite conocer un poco mejor el proceso de "descubrimiento" de la "falsedad" de las inscripciones excepcionales de Iruña-Veleia.

De su lectura se desprende la extrema dificultad de llegar a la citada conclusión. No de otra forma se explica la permanente solicitud de incorporación de nuevos especialistas. Resulta claro que la citada extrema dificultad sobrepasaba los conocimientos de los especialistas convocados, que eran de por si los mejores en su género.

Al tiempo, las actas dejan en claro las pobres capacidades de videncia de algunos medios de comunicación (y hasta de algunos contertulios), que no dieron ni dan una a la hora de inventarse cosas en su ánimo de perjudicar primero a Eliseo Gil y su equipo, ahora a Amelia Baldeón.

Va el resumen del acta de la primera reunión.

REUNIÓN 16-01-2008:

PUNTO 1. Trabajo realizado hasta el momento y evolución futura del Yacimiento.

1) Eliseo Gil expone las actuaciones realizadas, centrándose especialmente en las cerámicas grabadas.

2) Tras un turno de preguntas, se constata la conveniencia de:
- constituir un equipo multidisciplinar más amplio, abierto a la posibilidad de incorporar nuevos especialistas.
- realizar un contraste arqueológico por un nuevo equipo.
- ampliar la tipología de análisis.
- acotar las declaraciones a la prensa.
- ponerse de acuerdo en un método ordenado de actuación.
- que el Museo de Arqueología de Álava actúe como centro de depósito, control y consulta.
- disponer de un código de confidencialidad.

3) La Comisión deja explícitamente claro que:
- En ningún momento hay desconfianza, ni se pretende desautorizar ni menoscabar la profesionalidad del equipo de arquéologos ni de su director.
- Que las observaciones y propuestas son consecuencia de la excepcionalidad de los materiales, por lo que se proponen procesos de contraste.

PUNTO 2. Opciones para la solución de las cuestiones planteadas por los descubrimientos y medidas a tomar para facilitar la aclaración de los mismos.

Se acuerda:

- Que pueda plantearse la incorporación de nuevos especialistas.
- Que se elabore un cronograma.
- Nombrar un coordinador (D. Agustín Otsoa).
- Centralizar la difusión y prensa en el jefe de prensa.
- Que el departamento de Euskera, Cultura y Deportes [en adelante ECD] elaborará un código deontológico o de confidencialidad.
- Que D. Félix López actuará como secretario.
- Que el departamento de ECD elaborará un presupuesto para el funcionamiento de la Comisión.

PUNTO 3: Grupos y calendario de trabajo.

Se acuerda próxima reunión el 14-02-2008.

Asistentes: Lorena López (presidente), Agustín Otsoa, Santos Yanguas, Eliseo Gil, Agustín Azkárate, Henrike Knörr, Joaquín Gorrochategui, Julio Núñez, Pilar Ciprés, Juan Manuel Madariaga, Amelia Baldeón, Félix López.

Duración de la reunión: 1:15 horas.

Hay muchos puntos que merecen comentario. Ya hemos señalado la insistencia en la necesidad de ampliar la comisión, ya ampllia en si misma, lo que sólo se explica por la dificultad del objetivo (aunque no se llegó a ampliar, sino que se solicitaron informes externos a diversos especialistas que no se integraron en la Comisión). Señalo también que se recalca la necesidad del contraste, como medio de verificación o refutación de lo presentado hasta el momento, hasta el punto que "se constata la conveniencia de realizar un contraste arqueológico por un nuevo equipo" .

Este último punto, el de realizar una excavación de contraste en la que otro equipo diferente excavase con sus propios métodos, es asumido como conveniente por la comisión como uno de sus puntos "fundacionales", en un momento en que se estaba a tiempo para planificarla durante el año 2008. Sin embargo, esa actuación conveniente fue soslayándose, para finalmente ser desechada sin más explicación en una de las reuniones posteriores. No cuadran las cuentas.

En esta primera reunión se expresa también cuál es el papel de Amelia Baldeón en el seno de la Comisión: el Museo de Arqueología de Álava se encarga de centralizar el depósito y control de las piezas, y de ponerlas a disposición de los miembros de la Comisión para su estudio. No consta que se le atribuyese otra responsabilidad, y de hecho doña Amelia no figurará como componente de ninguno de los grupos de trabajo que a partir de la siguiente reunión aparecen como establecidos.

Por lo demás, la primera reunión se dedicó sobre todo a los asuntos de control político de la información (acotar las declaraciones a la prensa, anuncio de protocolo de confidencialidad, llamado también codigo deontológico, lo que no deja de tener su gracia, centralización de informaciones en la jefatura de prensa). Los asuntos organizativos se concretan en la expresión de la necesidad de establecer un cronograma y un presupuesto. En las sucesivas reuniones sólo se desarrollará el presupuesto, quedando el cronograma en el limbo de los justos (o de los injustos, a saber).

Sobre los asistentes a la reunión, que entiendo que se pueden distribuir sin mentir en una parte político-administrativa (la diputada y técnicos de la DFA, entre los cuales Amelia Baldeón, llamados por sus responsabilidades públicas específicas) y una parte técnica, compuesta por especialistas pertenecientes a la Universidad del País Vasco. No hay ningún especialista extranjero ni de ninguna otra universidad. Es cierto que más tarde se solicitaron informes a otras personas, pero ésas se limitaron a emitir los informes encargados, sin que se les invitase a formar parte de la comisión ni a participar en sus reuniones de deliberación. Así pues, se falta a la verdad cuando se dice propagandísticamente que se trató de una comisión internacional, que de ella formaron parte expertos de diversas universidades, etc. etc. No es cierto. La Comisión, cuya acta de constitución acabamos de ver, está sostenida por tres unicas patas: la Diputación Foral de Álava, la Universidad del País Vasco y el equipo de intervención de Iruña-Veleia.

Lo cual no está mal sino todo lo contrario: uno trabaja con los instrumentos de que dispone.

Lo que está mal es tergiversar la realidad y hacer ver que fue lo que no fue. Eso es propaganda, entendida aquí como lo contrario de la información. Eso es, sencillamente, engañar.

Amenazo: si tengo tiempo iremos viendo las actas siguientes.

1/2/08
En la muy interesante réplica de Eliseo Gil a los "arqueólogos disidentes" se lee lo siguiente:

"Cuando aparecieron los grafitos se produjo un enorme júbilo por parte de
todos los miembros del equipo (incluidos ellos), júbilo que se basaba en que se trataba
de un hallazgo aparentemente espectacular, realizado en el curso de unas excavaciones
correctamente llevadas, bien documentado y, confirmado por las analíticas que se iban
desarrollando, así como respaldado por las opiniones de los expertos que nos asesoraban
(en particular el profesor Juan Santos Yanguas, de la EHU/UPV). Es tras todo ello
cuando se decidió comunicar a la sociedad el hallazgo. En esta presentación, del día 8
de junio de 2006 participamos todos -y decimos todos-, nuevamente con una gran
ilusión. Esta ilusión es evidente también en las declaraciones realizadas el día 23 de ese
mes por Carlos Beistegui en Halabedi (http://www.halabedi.org/archives/512), lo que invalidaría la teoría del desacuerdo desde el día de la presentación."

Esta mañana escuché esa entrevista, y el resultado es asombroso. Es correcto lo que dice Gil. El arqueólogo Beistegui que, segun dice ahora, no admitió la presentación pública de los óstraka desde el mismo día de dicha presentación, en su entrevista, de quince días más tarde, nos presenta como hecho cierto la existencia del pedagogo posiblemente egipcio, el calvario, las lecciones de cristianismo, etcétera, en un programa de radio destinado al gran público. Anímense a escucharla (lo interesante aparece bien avanzada la entrevista, próximo al final) y asómbrense.

No cuadran las cuentas.

¿Es que no hay nadie en Vitoria que diga la verdad? ¿Es que nadie sabe jugar sin hacer renuncio?

¡Ay, Romanones! ¡Joder, qué tropa!

1/1/09
Alicia, el advocatus diaboli no sólo es necesario, imprescindible diría, para alcanzar la verdad (dentro de un orden¡, sino que es un personaje que me resulta francamente simpático. Bienvenida al Club ;-) (por decir algo, que pertenece a él desde siempre por derecho propio).

Pero en este caso la cosa está chunga. Entre las obligaciones de un arqueólogo no está la de ser entrevistado en medios de comunicación, y menos todavía la de poner nombre y firma a un pensamiento contrario al propio.

No se trata de que no se hable mal de la excavación, que eso si es obligación habitual. Se trata de que ese buen arqueólogo asumió como propias las interpretaciones del pedagogo y sus clases a los niños, la autenticidad de las óstraka con calvarios y todo lo que forma el discurso que nos es conocido por Gil, pero que en ese momento era el discurso común de todos, o por lo menos de ese arqueólogo.

Las conversiones extemporáneas se han dado, por lo que se ve, tanto en la parte contratante de la primera parte como en la parte contratante de la segunda parte, y todos parecen tener particular empeño en que se olvide su anterior pertenencia a la secta herética. ¿Será porque la Profana Inquisición campa por sus respetos en esos pagos?

2/2/09
Satorrotas, dejo sus palabras en cursiva para diferenciarlas de mis respuestas. Vamos allá, con su análisis de las posibiildades que lancé a vuelapluma:

la solución debe ser por el lado menos costoso: hay que aceptar que no se ha interpretado bien la excavación, porque es imposible admitir que los ostraca remonten a un estrato sellado e intocado, primario, del s. III d. C.

Discrepo. Estoy de acuerdo en plantearlo como hipótesis principal (creo que ya lo dije, pero no estoy seguro), pero esa hipótesis debe ser falsada como cualquier otra, sobre todo cuando se puede hacer, como es el caso. Para concluir la ausencia de sellado faltan datos. Es lo que, si no recuerdo mal, dijo Perring; solicitó esos datos y "pasaron de él" olímpicamente, lo que es cuando menos una considerable falta de educación. No obstó, por supuesto, para que después se luciera su nombre, ocultando las valoraciones positivas hacia el trabajo de Gil, al presentar la inexistente Comisión Internacional dos Grandes Expertos Europeos y demás exageraciones tan tendenciosas como carentes de realidad.

En mi fuero interno (y externo, dado que lo estoy diciendo) tengo la impresión de que puede haber un error de registro. Pero una impresión particular, originada por vaya usted a saber qué experiencias, prejuicios o manías de cada cual, carece de valor probatorio.

Es conveniente diferenciar muy bien el registro de la interpretación. La confusión entre ambas es un defecto que Perring señala en el informe de Gil, y estoy de acuerdo. Lo curioso es que de la misma confusión adolece el informe del Departamento de Arqueología de la UPV. No cae en ese error, sin embargo, el anterior y breve informe de Murillo y Fernández Ochoa, que diferenciaban nítidamente entre ambas fases.

Los errores de interpretación, sobre todo de interpretación histórica, no son demasiado preocupantes (a mí no me parecen nada preocupantes, pero en eso discreparán muchos colegas) siempre que el registro sea correcto y suficiente. Es muy frecuente que el registro, por correcto que sea, admita diferentes interpretaciones (sobre todo en lo que se refiere a la distribución de las unidades estratigráficas en diferentes fases y períodos), siendo todas ellas, aunque sean contradictorias, estratigráficamente correctas. El excavador puede optar por presentarlas todas o, si hay datos no estratigráficos que permitan definir la situación, optar por una de ellas rechazando las demás. Lógicamente, un error en esos datos no estratigráficos conlleva un error en la elección de interpretación, aunque el registro haya sido correcto y las restantes interpretaciones alternativas sigan estando ahí aguardando su turno.

De todas formas, la afirmación del sellado de la unidad fue tan contundente que lo dicho tiene poca aplicación, y deja sólo las respuestas "sí" y "no" como posibles. A mí esas afirmaciones tan contundentes me suelen inquiertar bastante, porque la realidad no es así, o no suele serlo. En este caso, en el que se trata de un derrumbe sobre un estrato que Gil interpreta también como un derrumbe (a mí, y siempre con prudencia y basándome en la documentación aportada, que me parece como a Perring insuficiente para dictaminar con rigor, me parece más coherente pensar en un relleno de sucesivos echadizos, en lo que estoy de acuerdo, creo, con el Depto. de Arqueología de la UPV), en principio no parece prudente garantizar un sellado absoluto, perfecto y continuo. Pero sin más datos no creo que sea posible decir más.

es posible que una simple visita al yacimiento pueda ser definitoria

Esta es una solución a la que no le encuentro mucho sentido: si la excavación de todo el recinto fue terminada hace ya más de tres años, ¿cómo va una visita a un lugar vacío (en el que no queda ya rastro de los estratos que hubo) a solucionarnos el grave problema del estrato “sellado”?.

Cierto, lleva usted toda la razón. Al escribirlo pensé en la posibilidad de que quedase algún perfil que testificase la estratigrafía del sellado de la cámara. Recordando ahora las fotos finales de la Casa de la Señá Valen es evidente que no queda perfil ninguno, con lo que la visita carece de sentido. Fue un error por mi parte. Queda retirado.

Eso solo lo pueden hacer los cuadernos de campo tomados con rigor por el arqueólogo. Lo que no lo anotó no existe.

Y ni eso, pues los cuadernos son ya una primera interpretación que puede estar sesgada por prejuicios. Para estos casos, nada mejor que una buena batería de fotos. Sin negar la importancia de los planos, claro, pero una serie de fotos son más objetivas.

no es más que un invento, ¿qué ocurriría si el estrato 15143 (no sé si pongo bien el número), el de derrumbe de losas que sella, efectivamente sella por completo, pero el derrumbe correspondiese al siglo XVI?

No es posible, porque el derrumbe está descrito como perteneciente a la época romana (descrito por un arqueólogo tan profesional como E. Gil, cuya praxis arqueólogica ha sido definida por Perring de “A very high standard” (3.7.4)

No, no sea tramposillo, que usted sabe perfectamente que no es así. Primero, porque cualquier profesional, por bueno que sea, puede cometer un error de registro, cuanto más un error de interpretación. Y segundo, porque la interpretación, como dije antes, puede estar basada en datos no estratigráficos; un error en esos datos conlleva una interpretación que al final resulta errónea, pero que en el momento de plantearla era la mejor de las posibles.

A ver si me explico. Supongo que conoce la "crisis" que sufrió toda la prehistoria europea a mediados de los 70, a raíz de la publicación de las tablas de "calibración" del 14C. Desde los 50 se fue construyendo la prehistoria dando fechas a lo que hasta entonces eran cronologías relativas basadas en series tipológicas comparativas. Ahora ya sabíamos, gracias al 14C, que Los Millares andaban en torno al 2300 aC, el campaniforme hacia el 1800 aC, etc. Y así se interpretó el megalitismo como difundido desde el Oriente mediterráneo, donde había no sólo las grandes pirámdes, sino monumentos como el Tesoro de Atreo que podían haber servido de modelos para los tholoi occidentales, más pobres y un tanto degenerados como correspondía a sociedades colonizadas en grados inferiores de desarrollo. La "calibración" de las fechas a partir de la dendrocronología le dio la vuelta a la situación, y hubo que tirar a la papelera muchas de las explicaciones que se estaban dando por buenas. Ahora resultaba que muchos megalitos occidentales eran mucho más antiguos no sólo que el Tesoro de Atreo, sino incluso que las propias pirámides de la VI dinastía. Resultó que lo reciente era en realidad más antiguo, y hubo que volver a reformular todo.

Una interpretación se basa en los datos de que se disponen, pero muchos de esos datos dependen a su vez de anteriores interpretaciones que se dan universalmente por buenas. Todo es un tejido complejo en el que unos se apoyan en otros. Si se produce algún fallo puede formarse una grieta que acabe por romper el tejido y hacerlo inservible.

Las afirmaciones científicas siempre son provisionales y contingentes (lo cual es normal, dado que lo único necesario es el Alcalde del pueblo de Amanece, que no es poco). Nuestro juego, entrando en la interpretación, que es una fase radicalmente diferente de la del registro, se basa en la ordenación de los datos existentes de la forma más coherente y económica posible. Eso es lo que, a mi parecer, se le debe pedir a un investigador.

Yo todavía no tengo claro por qué se interpretó que el "derrumbe sellador" tiene lugar a finales del III. En una lectura rápida del registro encontré sobre todo materiales del II, incluso algunos, como la forma 29 de sigillata hispánica, que no sobrepasa el final del I. Creo recordar que en algún lugar se cita la presencia muy minoritaria de alguna cerámica del III, pero tratándose de derrumbes, que son estratos confusos y torturados por definición, bien pueden interpretarse como pequeñas intrusiones posteriores. Pero todo esto está dicho de forma muy aventurada, por falta de datos suficientes.

En fin, en cualquier caso no defiendo un derrumbe en el XVI, supongo que eso esta claro. Pero si se hubiera producido ese derrumbe sin presencia de materiales muebles (por ejemplo, por una ruina después de un abandono en el que se retiran todos los objetos capaces de dejar restos que pervivan con el paso del tiempo), no habría forma de datarlo con facilidad. O algo así, vamos.

La impresión que tengo, y creo que ya lo he dicho antes, es la de que los puñeteros grafitos, una vez "verificada" su antigüedad por los análisis de pátina de Cerdán, y una vez aceptada esta posibilidad por cuando menos Santos Yanguas, llevaron a Gil a tomar este dato como indudablemente cierto, y en consecuencia a construir la interpretación basándose en ellos. Para mí que una interpretación "libre" de los grabados habría dado resultados diferentes. Por supuesto puedo estar equivocado.

¿Y si los grabados fueron hechos, como se ha dicho también por aquí, en el laboratorio?
Entonces, no hay contradicción. Es la hipótesis 4ª de Perring. Solo que Eliseo Gil no puede utilizar el argumento de que aparecieron en “un contexto sellado” como prueba de su autenticidad. Argumento principal del Manifiesto de nov. 2006, unido al de la tasa de cationes de Cerdán

Ciertamente, esa posibilidad anula la de que los óstraka hubieran sido percibidos en el momento de su extracción.

Satorrotas, lo dejo de momento aquí por puro agotamiento. Intentaré seguir mañana. Que pase buena noche.

2/2/09
Me corta usted el discurso anterior, Satorrotas, al introducir nuevos asuntos. Volveré más adelante con lo más viejo, que ahora ando con prisas.

Sólo para apuntarle que esa diferencia existente en la anotación del registro entre el "Informe" y la "Documentación" que señala el informe de la UPV es, a efectos estratigráficos, irrelevante. Pertenece al ámbito de la interpretación, no del registro, y lo único que revela es algo normal y hasta evidente: las interpretaciones varían según van apareciendo nuevos datos.

Ya le dije en el anterior mensaje (creo) que con un mismo registro es frecuente que se puedan proponer muy diferentes agrupaciones de unidades en fases y períodos, todas ellas estratigráficamente correctas aunque puedan resultar incluso históricamente contradictorias entre sí. No es un fallo o carencia del método, sino consecuencia de la parquedad de los datos con que muchas veces cuenta el intérprete de la estratigrafía.

Yerra el departamento de la UPV al ver un pecado mortal donde simplemente no hay pecado alguno.

Sin diagramas veo imposible explicarlo de forma clara… Una unidad estratigráfica, en la matriz, está limitada por dos partes, por encima y por debajo, por la existencia de otras dos unidades que son, respectivamente, posterior y anterior a ella. Ésos son los límites estratigráficos que definen la cronología de esa unidad. A veces las unidades son abundantes y se puede establecer una secuencia detallada, fina. Pero otras son escasas y fragmentarias, bien porque no se depositaron otras unidades intermedias, bien porque, aunque se hubieran depositado, han desaparecido sin dejar rastro (remociones, erosión).

Suponga que tiene una unidad que se superpone a una capa de sedimentos del siglo I y a su vez está cubierta por otra capa bien fechada en el siglo X. Eso es lo que sabemos de esa unidad: no puede ser anterior al siglo I y no puede ser posterior al siglo X. Eso es lo que hay, y eso es lo que se registra.

A la hora de hacer una interpretación de la excavación, esa unidad quedará adscrita a alguna de las fases que establece en virtud de la totalidad de las unidades excavadas; muy fácilmente habrá establecido varias fases intermedias entre el I y el X. ¿En cuál de ellas encuadrará esa unidad de cronología más bien incierta?

Estratigráficamente no hay forma de hacerlo. Ahí entran otros factores no estratigráficos, desde la composición de la capa, su parecido con otras, el tipo de materiales que contiene, la disposición del sedimento que puede apuntar a una ocupación, un derrumbe o un relleno, los resultados de diversos análisis y mil cosas más.

Pero, sea cual sea la que se elija, la atribución de cronología a esa capa no dejará de ser una hhipótesis interpretativa, no una constatación de una realidad que impone sus limitaciones. De ahí que, al variar los datos no estratigráficos, bien por aparición de otros antes no conocidos, bien por modificarse la interpretación de los anteriores, la interpretación global cambia y puede exigir el cambio de período o fase de la unidad en cuestión. Ese cambio es bastante irrelevante siempre que respete las relaciones estratigráficas limitantes, en este caso lo que ya dijimos: no antes del siglo I, no después del siglo X. Si lo sitúa, por otros motivos, en el IV o en el VII depende de otros factores no estratigráficos y resulta estratigráficamente irrelevante: lo mismo da que sea el IV que el VII, porque respeta la condición de que esté entre el I y el X, que es lo único que impone la estratigrafía.

No tengo ahora delante el informe, pero creo recordar que esto era lo que señalaban como pecado mortal: que unas determinadas unidades se situaban en un momento en una fase, y en un momento posterior en una fase diferente, no recuerdo si por arriba o por abajo. Tanto tiene: lo único que eso deja claro es que se trata de documentos de trabajo, no un informe final con todos los estudios realizados y con la reflexión definitiva finalizada.

Lo que sería más grave, que entiendo no se da, es que las relaciones estratigráficas hubieran variado entre ambas representaciones gráficas. Por ejemplo, que de una unidad se dijese en una que se adosa a un muro (por lo que es posterior al muro) y en la otra que el muro se construye sobre ella (por lo que es anterior al muro). Esto sí sería sospechoso. Pero no es el caso. Lo otro es simplemente reflejo de que las hipótesis interpretativas van variando según se desarrolla la investigación, lo cual no sólo no es pecado, sino que debe ser así.teletype text

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