2009-11-01 INFORME SOBRE LOS TEXTOS EN LATÍN DE LOS GRAFITOS DE CARÁCTER EXCEPCIONAL DE IRUÑA-VELEIA 4

PATHIIR PONTIFICII / MAXIMO PONTIFICII
En un ladrillo romano, nº 13380, fracturado en varios trozos, aparecen dos grafitos colocados de forma que uno queda en perpendicular respecto al otro. Este ladrillo se localizó en el sector 6, recinto 8, UE 6076.

• Grafito A. En él puede leerse SAMVIIL IIISUS NIITO / VIILIIIAN / PATHIIR PONTIFICII.

• Grafito B. En él puede leerse MARIO CAYO / MAXIMO / PONTIFICII

Con respecto a estos grafitos, Velázquez señala que “ambos textos resultan imposibles desde el punto de la escritura y de la lengua, pero el contenido resulta forzado por las implicaciones que pretende, con la mención en el primero, nada menos que de Veleia, junto a Samuel y Iesus, además de pather pontifice, así escrito, donde debería en todo caso haberse leído pater pontifex”.
Por su parte Ciprés/Santos señalan con respecto a este mismo grafito que “parece aludir a un individuo denominado SAMVIIL o SAMVIIL IIISVS que debería ser PATHER PONTIFICII. Si la expresión final corresponde al mismo individuo, PONTIFICII como ablativo no tiene ningún sentido, pues debería aparecer como nominativo como Samuel, Iesus y pather. Nos inclinamos a pensar que PONTIFICII debe entenderse como la palabra castellana “pontífice” y que el texto Mario Cayo Máximo Pontífice está en esta lengua.”
Vemos por tanto que este grafito suscita dos problemas principales para los expertos de la comisión: por un lado el contenido y por otro la lengua. Con respecto al primero, en realidad es Velázquez la única que lo ve como problemático, porque para ella es “forzado” que en un mismo texto aparezcan relacionados Veleia, Samuel, Iesus (aunque para Ciprés/Santos, podría haber un individuo llamado Samuel Iesus) y un “pather pontífice”. Realmente no explica ni argumenta por qué esto le parece forzado. Efectivamente, en el grafito aparecen unidos: 1.- Veleia, esto es, el nombre que tenía en época romana la ciudad (reflejado, por cierto, en varios grafitos más); 2.- Samuel , personaje que también aparece mencionado varias veces en los grafitos y que podía ser perfectamente alguien que estuvo en Veleia y, a juzgar por los lugares en los que aparece, siempre está en contextos de evangelización judeo-cristiana; 3.- Iesus, que suponemos que es el personaje evangélico y 4.- Pather pontífice, que parece ser un cargo –posiblemente de carácter religioso- que tenía el referido Samuel (tal y como aparece en más grafitos). Nadie ha entrado en el significado de dicho cargo ni en el de la palabra NIITO que aparece junto ese IIISVS. Quizás su significado en este texto, nos explicara algo más del contenido del grafito. En cualquier caso y en relación a la extrañeza que al parecer le causa a Velázquez la asociación de lo anterior, no entendemos realmente el por qué, ya que el grafito une un lugar, un personaje que quizás tuvo un cargo de índole religioso en ella, con la figura del Jesús evangélico; todo lo cual sería perfectamente comprensible si se hubiera tenido en cuenta el contexto de aparición del grafito, fundamental para llevar a cabo una evaluación sobre el contenido del mismo. Por ello señalaremos que el grafito se encontró en un contexto de evangelización judeo-cristiana, en un recinto que pudo estar funcionando hacia principios del siglo IV, como domus ecclesia, esto es, como un lugar de culto y evangelización en un ámbito doméstico. Plantearse extrañezas de contenido sin considerar el contexto del mismo, nos parece poco serio.
Con respecto a las cuestiones de lengua planteadas, se refieren básicamente a que pather pontífice debería haberse escrito, según Velázquez y Ciprés/San el propio Gorrochategui. Por su parte Hector Iglesias en su reciente informe “Les inscriptions de Veleia-Iruña”, señala que “Los latinistas y romanistas postulan para los siglos III y IV una evolución –ó-( -uo-, que incluso un autor como Gorrochategui admite manifiestamente” Podemos proponer una evolución a partir del acusativo Meum Cordem>Meo Cuore. Ya hemos visto anteriormente que se señala una invasión del nominativo a partir del acusativo, por otro lado está la evolución de “o” a “uo”, señalada por latinistas y romanistas. Finalmente, no es de extrañar la pérdida de la “d” de cordem en este proceso, ya que no se conservó en ninguna de las lenguas romances. ¿Diiscartes? o ¿Miscart? La pieza nº 11709, del Sector 5, recinto 59, UE 51144, corresponde a un fragmento de cerámica común de mesa grabada en sus dos caras. En una de ellas, concretamente en la interior, aparece un listado de nombres que nosotros transcribimos: SIINIICA SOCRATIIS VIRGILIO MISCART Grafito nº11709 (int.) Foto Iruña-Veleiaantean una posible explicación para la transcripción incorrecta en latín de dicha palabra, por influjo de la transcripción del término griego, no continúan esa vía de estudio que, hubiera quizás podido haber habilitado dicha explicación, totalmente pausible. Así que intentaremos darla nosotros.
Proponemos así una posible explicación de la aparición de la forma escrita pather . Y lo primero es determinar el posible origen de esa h.
En griego, padre se escribía . Por lo tanto, no sería descabellado pensar en la traslación de esa eta griega (, al latín convertida en una h. Podría entonces tratarse de un simple error ortográfico.
Por lo tanto si la –H- de PATHIIR fuera una simple errata, la explicación más pausible sería la de que se hubiera cometido un error en la transcripción del  griego, que podría explicar perfectamente la aparición de un pather en el que se hubiera plasmado por escrito una –h- equivocándola con la eta griega (al ser gráficamente iguales en mayúscula. Al no pronunciarse esa –h- en latín, colocaron después la letra correspondiente al sonido [e], concretamente una de dos palos II, resultando así un término PATHIIR, ortográficamente erróneo en latín. Este error ortográfico en la transcripción latina, no la cometieron todos aquellos que escribieron esta palabra en los grafitos, puesto que en otros aparece la forma correcta pater.
Este hecho nos lleva a otro planteamiento sobre un tema en el que habría que profundizar. Y es que es significativo que esta h se coloque sobre todo en piezas con un indudable sentido religioso, salvo aparentemente en una, la IR-12043, donde los textos VICTOR PATHER y VICTOR FILIO se asocian a sendas figuras. Sin embargo esta pieza puede no tener el significado vanal que aparenta tener (referido a un Victor padre y a un Victor hijo) y quizás sea parte de un mensaje también de carácter religioso (si consideramos que Victor, se refiere al epíteto victorioso). Como indicio de esto mismo, está también el hecho de que aparezca un PATER FAMILIAE, sin h, único caso en el que el significado está claramente fuera de este carácter religioso.
En este sentido, podemos proponer que quizás, en Iruña, estemos ante un caso en el que se quiso dar a lo escrito un valor más allá de su significado, si suponemos que esa –H- se usó, en PATHIIR con un sentido intencionado. En ese caso su aparición no se debería a un error simplemente. Y en este punto, habría de tenerse en cuenta la importancia de la lengua griega tanto en el primer cristianismo como en las regiones orientales.
Lo que en definitiva queremos decir es que los grafitos, pueden estar conteniendo aspectos o mensajes que trascienden más allá de lo aparente. Y que incluso “aparentes” anomalías en el uso de determinados términos, pueden estar indicando precisamente eso. Lo que hay que hacer es una investigación en profundidad.
Con respecto a la transcripción de la palabra PONTIFICII, que según Ciprés/Santos es, directamente castellana, hemos de señalar que nosotros pensamos que esto no es así, que lo que está indicándonos ese término es el estadio de la lengua hablada en estas coordenadas cronológicas y geográficas. De hecho, la misma Velázquez en otro punto de su informe admite “podemos encontrar ejemplos tempranos de usos de acusativo en –um, pronunciado incluso –o por pérdida de –m final y apertura de la –u breve en o y, por tanto, confusión entre dativo y acusativo, conviviendo con formas regulares en –us”. Se supone que el acusativo así evolucionado terminará imponiéndose en el nominativo, si bien para Velázquez esto ocurre con los nombres entre los siglos VI-VII, si bien en palabras del léxico común (como sería el caso de pontífice) “pueden verse algunas alteraciones tempranas”. Y eso que está hablando del latín escrito, del clásico que, como sabemos, es más conservador al cambio que el lenguaje hablado (del que los grafitos son un documento de primera mano). Esto es, que admite que en época tardorromana, pudo darse en palabras que no fueran nombres propios, la evolución por la que el caso acusativo, con pérdida de la –m final y –en el caso de la 2ª declinación- la transformación de –u en –o; pudo darse en época tardorromana. Con lo cual, hemos de suponer que en el caso de pontificem, con la simple pérdida de la –m final en el acusativo , la transformación tuvo que ser más sencilla.
Por lo tanto, habría de admitirse la posibilidad de que en el lenguaje hablado, el acusativo podría haber invadido ya el caso nominativo, por simple pérdida de –m final, siendo por tanto la forma pontífice perfectamente factible en un contexto de entre fines del III y principios del IV. No sería más que constatar un fenómeno que todos reconocen que termina produciéndose, en una cronología algo más temprana que la supuesta hasta ahora.
Con respecto al segundo grafito Velázquez dice “En el segundo grupo la lectura es igualmente impensable. Vuelve a leer la palabra pontífice, pero ahora en la expresión maximo pontifice….. Aparte de que esta secuencia se lee en castellano y no en latín, donde habría que haber esperado Marius Caius maximus pontifex, tiene diversas incongruencias. Si se trata de una persona debería haber sido C. Marius…. no al revés. Hablar de un maximus pontifex implica un título religioso que después adoptarán los emperadores y que nunca en la titulatura aparece de esta forma. Siempre en abreviatura PONT. MAX. Pero, en cualquier caso, en el orden inverso al que aquí se presenta”.
Por su parte Ciprés/Santos señalan que “Aunque no es fácil entender el sentido del texto, ni exactamente quien es el personaje aquí mencionado, parece que la frase hace referencia a un tal Marius Caius que habría sido Pontifex Maximus…. La forma PONTIFICII nos remite en latín a un ablativo, caso en el que debemos suponer estarían el resto de los términos con él relacionados. Sin embargo, desde el punto de vista lógico no tiene sentido una expresión de este tipo en ablativo sobre este soporte”. También, aunque la desechan, se plantean la posibilidad de que pudiera ser un individuo Mario Cayo Máximo que sería pontífice, si bien señalan que desde el punto de vista de la estructura nominal romana una nomenclatura de este tipo no es normal.
A nuestro juicio, estamos ante un personaje llamado efectivamente Mario Cayo que presenta un cargo de Máximo Pontífice. El conjunto del grafito estaría a nivel de lengua, expresado en un perfecto caso ablativo. Sin embargo, también nosotros pensamos que estamos ante un nominativo que mostraría a la perfección cómo la lengua había evolucionado en esta época y en este ámbito geográfico, hasta ser ya un protorromance. Esa es realmente la información que nos están proporcionando los grafitos de Iruña.
Pero hemos de señalar con respecto al Pontifex maximus (cargo de carácter religioso perfectamente definido en el mundo romano), que en el grafito de Iruña aparece como MAXIMO PONTIFICII (suponiendo que sean lo mismo), que la rotunda afirmación de que “nunca en la titulatura aparece de esta forma. Siempre en abreviatura PONT. MAX. Pero, en cualquier caso, en el orden inverso al que aquí se presenta”, queda contradicha por la propia documentación, nada más y nada menos que literaria, de época romana. Así en Plinio el Joven y Tito Livio, este cargo aparece recogido en su forma desarrollada y en el orden en el que aparece en el grafito, si bien en ambos autores, está en caso acusativo . Veámoslo
• PLINIO EL JOVEN (I-II d.C.). “Epistolarum”, Lib. X (Ad Traianum Imperatorem cum eiusdem responsis), LXVIII (C. Plinius Traiano Imperatori).
LXVIII. C. PLINIUS TRAIANO IMPERATORI
1. Petentibus quibusdam, ut sibi reliquias suorum aut propter iniuriam vetustatis aut propter fluminis incursum aliaque his similia quocumque secundum exemplum proconsulum transferre permitterem, quia sciebam in urbe nostra ex eius modi causa collegium pontificum adiri solere, te, domine, maximum pontificem consulendum putavi, quid observare me velis.

• TITO LIVIO (I a.C.-I d.C.). “Ab Urbe condita”, Lib. XXVII. cap. VII

Por otro lado, con respecto al orden de las palabras en latín, B. Segura, señala :

Consideramos que con lo anteriormente expuesto se matizan bastante los problemas planteados por la comisión con respecto a los términos Pather pontífice y Pontífice máximo que aparecen en los grafitos de Iruña, de forma que su aparición en un contexto de época romana sería totalmente factible.
La frase con un supuesto término italiano (Cuore)
En el Sector 5, recinto 59, UE 51144, se localizó una tapadera de cerámica de pequeño formato, con un grafito inciso que ha causado una gran polémica, derivada de la lectura de una de sus palabras como CVORII y la interpretación de ésta como un término italiano. Como es una de las piezas que se ha esgrimido como muestra de la imposibilidad de adscripción de los grafitos a época romana, nos vamos a entretener en ella para mostrar otras vías de interpretación que consideramos que vendrían a invalidar su utilización como prueba dirimente de falsedad.
• Nº 11019. Sobre una pequeña tapadera completa de cerámica común, se grabó un grafito que presenta aún adherida una fuerte capa de costra no eliminada por completo durante el proceso de limpieza de la pieza; si bien dicha costra recubría en origen toda la superficie bajo la que apareció el grafito. Los restos de costra que aún se mantienen in situ imposibilitan una lectura segura del texto, sobre todo en la parte final del mismo, precisamente la más problemática. El grafito es epigráfico y figurativo, de forma que la figura, un pequeño elemento vegetal, inicia y cierra el texto. Su disposición es perimetral y la lectura presenta serios problemas como se evidencia en la diversidad de transcripciones.
La lectura de Velázquez y Gorrochategui ha sido:
VIRGINII MIIO CVORII
La lectura de Ciprés/Santos ha sido:
VIRGVNII MIIO CVORII
La lectura de Núñez, aunque él mismo la señala como aproximada, ha sido:
VIR(CNIII) MIIO CUORII
La lectura de Colmenero (que aporta un nuevo Informe), ha sido:
PARINNIII MIIO VCVORII
Finalmente nuestra lectura, después de mucho mirar la pieza con material óptico de aumento y sometiéndola a distintas luces, ha sido:
VIRGVNII MIIO GVORII ó GVORA
Como ya hemos señalado, de la variedad de lecturas se deduce que no es un grafito nada fácil de leer y, por tanto, de interpretar. Y menos aún si se analiza sólo con una fotografía.
La palabra más problemática es, evidentemente, la última por cuanto algunos expertos han creído leer en ella la palabra CVORII. Ahora bien, como puede verse bastante bien en la foto, la letra inicial no parece una C, sino más bien una G. Por otro lado, la parte final muestra restos de costra que podrían estar cubriendo más trazos del grafito. De hecho si bien parece que la penúltima letra es una I, la última no está tan clara porque debajo de la costra podría intuirse otro trazo, de forma que en vez de otra I final podríamos tener una A. Esta letra además incide en el borde de la tapadera.
En definitiva, tengamos nosotros o no razón en nuestra lectura, lo que resulta evidente es que ésta no está en absoluto clara.

Grafito nº 11019
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio

El aparente problema de grafito estribaría según algunos expertos en la aparición de la palabra cuore, al suponerla italiana.
Velázquez señala con respecto a este grafito que es “ incomprensible, sin sentido lógico y con una expresión meo cuore impensable en latín”.
Ciprés/Santos, definen la palabra cuore como una voz italiana, en lugar del término latino cor/cordis, señalando su uso totalmente inadmisible en una cronología de la 2ª mitad del siglo III d.C.
Sin embargo, Gorrochategui, refiriéndose a Cuore, señala que “la forma es aparentemente italiana”, pero realiza una interesante labor de explicación para la posible aparición de esta palabra en un contexto latino, como una evidencia de latín vulgar, contradiciendo así al resto de los expertos de la comisión, aunque al final llegue a la misma conclusión que éstos. Entresacamos algunas ideas que consideramos muy interesantes. Según él se admite una forma en latín vulgar core. Señala también que la “o” breve en sílaba abierta acentuada se diptongaría en español y francés como “cuer” y en italiano como “cuore”, si bien se piensa que la vocal paragógica sería originariamente una “o”. Los romanistas admiten que la “o” breve abierta podía tener una articulación que avanzara el tratamiento ulterior. Así el gramático Pompeyo en su comentario al texto de Donato, fechado en el V d.C., denuncia la inobservancia generalizada de la diferencia de cantidad en las vocales: así para denunciar a los que pronuncian Roma con “o” breve, dice: “como si dijeran Ruoma”.
A nuestro juicio, en el caso de que la palabra “cuore” estuviera realmente representada en este grafito de Veleia, ello sería factible en la cronología propuesta, ya que estaríamos ante una evidencia del latín vulgar y no del italiano actual. Ya hemos visto la explicación dada por el propio Gorrochategui. Por su parte Hector Iglesias en su reciente informe “Les inscriptions de Veleia-Iruña”, señala que “Los latinistas y romanistas postulan para los siglos III y IV una evolución –ó- -uo-, que incluso un autor como Gorrochategui admite manifiestamente”
Podemos proponer una evolución a partir del acusativo Meum Cordem>Meo Cuore. Ya hemos visto anteriormente que se señala una invasión del nominativo a partir del acusativo, por otro lado está la evolución de “o” a “uo”, señalada por latinistas y romanistas. Finalmente, no es de extrañar la pérdida de la “d” de cordem en este proceso, ya que no se conservó en ninguna de las lenguas romances.
¿DIISCARTES? o ¿MISCART?

La pieza nº 11709, del Sector 5, recinto 59, UE 51144, corresponde a un fragmento de cerámica común de mesa grabada en sus dos caras. En una de ellas, concretamente en la interior, aparece un listado de nombres que nosotros transcribimos:
SIINIICA
SOCRATIIS
VIRGILIO
MISCART

Grafito nº11709 (int.)
Foto Iruña-Veleia IIIer. Milenio

Detalle grafito nº11709 (int.)
Foto Iruña-Veleia IIIer Milenio
Sin embargo, esta última palabra ha sido leída como DIISCART por los miembros de la comisión, de lo que han deducido que correspondería al nombre de Descartes, lo cual demostraría que es un grafito falso al referirse al filósofo francés del siglo XVII.
En nuestra opinión, la letra inicial es claramente una “M” y no una “D”, como puede apreciarse bastante bien en la fotografía y como pudimos observarlo en el detallado análisis visual directo de la pieza, con ayuda de instrumental de aumento óptico. Lo que desde luego es un hecho es que la palabra termina en “T” y que jamás tuvo más letras. Además, esta última T está parcialmente grabada sobre el borde de la pieza cerámica, con lo cual ésta ya estaba fragmentada cuando se ejecutó el grafito. Por otro lado, tanto esta letra como la anterior se empequeñecieron y amoldaron al borde del fragmento porque precisamente quien ejecutó el grafito quiso que cupiera hasta la letra T. Así que la afirmación de Gorrochategui de que esta pieza está intencionadamente rota para sugerir pero no mostrar abiertamente la palabra Descartes, aparte de absurda, se cae por su propio peso porque ya hemos señalado que el final del grafito está grabado en el corte del fragmento cerámico lo que demuestra que, lógicamente, ya estaba roto cuando se ejecutó el grafito.
No estamos por tanto en absoluto de acuerdo con la lectura que de este grafito hacen Ciprés/Santos , Velázquez y Gorrochategui, habiendo sido asumida por algunos de los demás miembros de la comisión sin haber llevado a cabo un estudio directo de la pieza. Pero además, añadir por detrás las letras -ES, para así completar la lectura del nombre de Descartes, es algo con una intencionalidad bien clara. Y es que, como ya hemos dicho más arriba, no es cierto que se trate de un grafito incompleto, ya que la “T” final es la última que el grabador quiso escribir.
Así que todas las argumentaciones sobre la presencia en el listado del nombre de Descartes, son –a nuestro juicio- no solo equivocadas sino, además intencionalmente expresadas en aras a argumentar sobre la falsedad del grafito.
Otra cuestión que se plantea en relación a este grafito es sobre la coherencia del listado. En él aparecen los nombres de 3 escritores conocidos de la Antigüedad clásica y, es de suponer, que la cuarta palabra corresponda también a un nombre. En este caso sería alguien desconocido para nosotros . Sin embargo, en el reciente estudio de Hector Iglesias “Les inscriptions de Veleia-Iruña”, se señala la existencia de “un antiguo nombre púnico, el de, entre otros, una divinidad cartaginesa llamada MISCAR o MISKAR, variante MESCAR”, “Pero no se trata únicamente de un nombre de divinidad, poco conocido fuera de una puñado de sabios en todo el mundo. Este nombre de una divinidad de Cartago es igualmente un nombre de persona….un antropónimo de origen púnico como lo señalan Javier Teixedor, Karel Jongeling y Edward Lipinski, un nombre de persona que también es poco conocido fuera de algunos círculos extremadamente especializados” .
Los nombres conocidos que aparecen en el grafito no componen un listado coherente, salvo por el hecho de que todos ellos eran escritores: Séneca era un autor latino del siglo I d.C., conocido sobre todo por sus Tragedias, aunque también por sus Diálogos, Cartas y Epigramas; Sócrates era un filósofo griego de los siglos V-IV a.C. y Virgilio era un escritor latino del siglo I a.C, conocido por sus obras la Eneida, las Bucólicas y las Geórgicas.
Velázquez, en referencia a este tema, señala que, aún dudando de la lectura de las primeras letras del último nombre del grafito, como DI…, indica que le viene a la mente el nombre de Descartes, pero admite la posibilidad de que se trate de alguien que “no responde a ningún autor conocido cuyo nombre hubiera podido quedar mejor justificado en esta serie” . Sin embargo poco antes indicaba que el listado era arbitrario, esto es, no es una lista muy coherente.
No obstante, no queremos dejar de traer a colación aquí un par de documentos epigráficos en los que podemos ver como Misca tal cual o como raíz de otro nombre, aparece en epigrafía de época romana.
Publicación: AE 1962, +00182 = AE 1963, 00124 = AE 1964, +00176
Provincia: Africa proconsularis Lugar: Brighita / Sucubi
In templ/um Pluton/is factum / porticum / fecerunt / Misre Felicis / Imilis Iamon/is f(ilius) Annoi Zaz/ci et Zrubalis / Anonis f(ilius) sufetes / Sucube(n)sium fece/runt Felix Iamo / Bolmicar Ioli Sur/us Zuresius Felicio / Diomede Baliato / Anterotis Fortu/natus Diomedis / Assan Cilo Abdili/m Caledius Rusticu/s Ioli Namcido Cad/aius Ibubalis An/imus Felix Aesopi / Cadaius sua Eu/primigenius se/cundaes fece/runt queis Fortu/natus ad ulinis / Caledii Mutumb/al Nassaius Mis/cadaius Banocilo / suis impe(n)sis cum / colum{i}nis trib/us constituerunt

Publicación: CIRPSalamanca 00090 = HEp-06, 00820 = HEp-13, 00563
AE 1994, 00979
Provincia: Hispania citerior Lugar: Hinojosa de Duero
Mis[3]ca / [
Como conclusión, consideramos que lo que realmente pone en el grafito es Miscart. Con lo cual todas las argumentaciones relativas a Descartes caerían por su propio peso. Quizás correspondiera a un escritor, si es que el listado guardara cierta coherencia, cuya figura y obra cayeron en el olvido . Es una posibilidad. Pudiera ser alguien con un nombre de origen púnico.
Por otro lado, en la superficie exterior de la pieza, aparece un grafito mixto, figurativo y epigráfico. Entre las figuras se identifican una máscara cuya problemática hemos tratado en nuestro Informe sobre iconografía (al que remitimos) y lo que parece ser la planta esquemática de un teatro, a lo que se añadiría el texto TIIATRO.

Grafito nº11709 (ext.)
Foto Servicio de Restauración DFA
Con respecto al uso de la palabra TIIATRO en lugar de theatrum, Velázquez señala que “está escrita en castellano”. Sin embargo, nosotros pensamos que el término está transcrito tal como se pronunciaría en el latín vulgar de Veleia, en el que, en las coordenadas cronológicas propuestas de la 2ª mitad de III ya se habría producido la pérdida de la flexión nominal en el lenguaje hablado. Por otra parte, la “H” no se pronunciaba y por ello numerosas veces se cometen errores con respecto a ella, incluidos los de omisión. Así, en Pompeya leemos: Tr., como abreviatura de Thraex o Petecusanis por Pithecusanis.
Respecto a esta palabra añade Velázquez que “representa una conceptualización moderna o, al menos, no anterior a la Edad Media” y ello porque “jamás en el mundo antiguo se usa para la representación escénica o la obra literaria, que es lo que simboliza la máscara, sino sólo para el edificio”. Veamos, estamos ante una composición en la que la palabra “teatro” aparece con una máscara y la representación de la planta de un teatro. Su interpretación lógica hubiera sido: que por un lado tenemos una máscara que es la que simboliza la representación o la obra literaria (como ella misma dice) y por otro la palabra teatro asociada al edificio (que es lo que corresponde en época romana). Sin embargo y, a nuestro juicio, queriendo argumentar en contra de la autenticidad del grafito forzando una interpretación inadecuada, asocia la palabra teatro a la máscara para poder así hablar de una “conceptualización moderna” que no puede demostrar de ningún modo. En la siguiente imagen podemos ver cómo, efectivamente, se asocia la palabra teatro (en este caso en correcto latín clásico) con el edificio. Creemos que en el mismo sentido debería interpretarse el grafito de Veleia.
Dibujo de una parte del plano de Roma, que fue esculpido sobre mármol en el siglo III d.C. Se encuentra aquí la representación del teatro iniciado por Pompeyo y consagrado en el 55 a.C. En él se puede observar tanto la detallada representación con la summa, media e ima cavea (representación imposible según Núñez) y con la inscripción THEATRVM junta a ella, referida, sin lugar a dudas, al edificio, como sería el caso del grafito de Iruña.

LAS ABREVIATURAS
Ciprés/Santos señalan el uso de abreviaturas en algunos de los grafitos de Veleia. Entre ellas destacan
• Nº 11251 (sector 3, UE 3037-B). Grafito C.I.G.
• Nº 12710 (sector 12, UE 12031). Grafito mixto, figurativo y epigráfico en el que se ve el dibujo de lo que parece parte de un cerdito y el texto BAR.M./CIIRTO/SCIO. Está grabado sobre la superficie cortada de un hueso.
• Nº 13313 (sector 12, recinto 3, UE 12077). Grafito IN MORTIIN VITA/IN PACII C.I.
A este respecto dicen que se trata de “abreviaturas no atestiguadas en los listados al uso referidos a la epigrafía latina o a la medieval o cristiana. En la epigrafía latina clásica es habitual la utilización de siglas o abreviaturas para expresar palabras y fórmulas o locuciones estereotipadas de uso frecuente en determinados textos que, por ello, son fácilmente reconocibles. En ningún caso éstas vienen seguidas inmediatamente por un punto en la línea de escritura”.
Con respecto a que las abreviaturas de estos grafitos no estén atestiguadas en listados, no nos parece un argumento dirimente en contra de su autenticidad. Como ya señalamos en el apartado de onomástica, los listados son bases de datos que no son cerradas sino que han de estar abiertas a nuevas incorporaciones. Además, como señala Luis Núñez, las abreviaturas no tuvieron un sistema orgánico (excepto en el caso de las notas taquigráficas que estuvieron regladas en cuanto a las letras y a los signos que las componían), por lo cual debe tenerse en cuenta en qué parcela fueron usadas . Es decir, no es lo mismo las abreviaturas utilizadas en un texto jurídico en las que era necesario un reconocimiento de las abreviaturas utilizadas, que las que pudieron usarse en unos grafitos que, no lo olvidemos, están realizados en un ámbito doméstico en el que se pudieron incluso utilizar “códigos propios”.
El primer grafito, en el que leemos C.I.G. y posiblemente el último C.I., parecen un tipo concreto de abreviaturas como son las siglas o litterae singulares. Las siglas son un tipo de abreviatura que se representa por la letra inicial, pudiendo darse el caso de dos o más siglas unidas para representar palabras compuestas o locuciones de uso frecuente. Valerio Probo, un gramático de la 2ª mitad del I d.C. reunió un buen elenco de ellas en su De litteris singularibus fragmentum. Las dividió en notae publicae y notae familiares. Nos interesan las segundas porque son aquellas que “cada persona usa particular y libremente, sin preocuparse si son entendidas y usadas por todos, siendo por tanto su número ilimitado” . A todas luces es lógico que los listados consultados por Ciprés/Santos no puedan recoger exhaustivamente todas las posibles siglas existentes en época romana y, de ninguna manera, las creadas en ámbitos domésticos. De hecho, en Pompeya hay muchas siglas que no se han conseguido descifrar.
No obstante, hemos localizado un documento epigráfico en el que se refleja la misma abreviatura que en el grafito nº 11251, esto es: C.I.G que, Ciprés/Santos señalan que podría ser la abreviatura de la Cohors I Gallica, que estuvo acantonada en época tardía en Veleia. Cronológicamente sería factible, ya que este grafito se encontró en un estrato tardorromano.
Belegstelle: CIL 13, 03779,09
Provinz: Belgica Ort: Trier / Augusta Treverorum
CIG
Aquí tenemos un grafito en que aparece la abreviatura de otra cohors, expresada de la misma forma abreviada.
Grafito sobre un recipiente de cerámica común de Richborough –Rutupiae- (Kent, Gran Bretaña). En el grafito puede leerse CIB, que se atribuye posiblemente a la Cohors I Baetasiorum .

También en este otro ejemplo vemos el uso de siglas muy similares, correspondiendo simplemente a un nombre.
Mortero con un sigillum en el que aparece el nombre del fabricante C•I•C, con tria nomina abreviado, de fines del II-1ª mitad del III d.C. Localizado en Mares Jumelles (Eure, Francia).

Sigillum de Mere Jumelles
Con respecto a la imposibilidad -señalada por Ciprés/Santos- de que un punto en línea de escritura siga a las abreviaturas, hemos de decir que esto no es así, como nos señala el experto paleógrafo Luis Núñez, según el cual el punto concretamente, “es el signo más antiguo de abreviación y, durante largo tiempo, el único” “se colocan al final del compendio abreviado, bien en línea de escritura o a su altura media” .
Vemos por tanto que las abreviaturas de los grafitos de Veleia y en la forma en que aparecen, son totalmente factibles en época romana.
SI/NO
Se localizaron en el sector 5, rec. 59, UE 51144, dos piezas circulares de cerámica recortadas de sendos recipientes de sigillata, la nº 10942 y la nº 11258. En principio las clasificamos como fichas, ya que presentan el formato habitual de las utilizadas en los juegos de mesa romanos. Y es posible que fueran usadas como tales. Sin embargo, quizás pudieron tener otro tipo de uso en relación a los grafitos que presentan, como veremos más adelante. Cada una de estas piezas, muestra un grafito en cada una de sus lados que los miembros de la comisión leyeron como SI y NO respectivamente.
Ciprés/Santos señalan que esta afirmación/negación “corresponde claramente al castellano, no existiendo en latín la afirmación y la negación así formuladas”.
Gorrochategui dice que “el adverbio afirmativo sí es un uso especial del adverbio de modo assí/sí, procedente del latín SIC… En español desde los primeros momentos ha perdido la –c final. Es un empleo, por tanto, medieval, no latino”. “En cuanto al adverbio de negación no, la forma medieval normal era NON, con mantenimiento de la –n final, que dura hasta inicios del s. XV”. Sin embargo más adelante matiza “La pérdida de non comienza en la Edad Media en determinados casos especiales”.
Velázquez por su parte afirma que “en latín la afirmación suele repetir el término utilizado en la pregunta y para la negación se utiliza diversos adverbios como haud, non o minime. Caso de admitirse una ficha de este tipo… y aún presuponiendo la posibilidad de si/no para marcar una alternativa en juegos… habría sido, como mucho SIC/NON, anticipando un valor a sic que no posee el latín todavía”.
En este sentido tenemos que hacer una serie de reflexiones. En primer lugar parece claro que si las palabras si/no estuvieran grabadas sobre unas fichas de juego, lo lógico es que los grafitos tengan una relación directa con su uso como tales. Velázquez admite la posibilidad de que hubiera aparecido sic/non. Gorrochategui señala que en la Edad Media ya tenemos el si y comienza a aparecer el no. Así que nos preguntamos, dada la naturaleza de los grafitos en los que hemos visto abreviaturas, palabras sin completar, etc., si no sería posible que aquí ocurra algo parecido. Esto es, que dada la poca disponibilidad de espacio dentro de la superficie de una pequeña ficha, se grabaran estos adverbios incompletos. Por otra parte, tampoco hemos de descartar otra posibilidad, como sería que en el lenguaje hablado ya se estuviera utilizando el sí y el no en esa forma y que sea, precisamente eso, lo que se esté plasmando en los grafitos.
En este sentido, en el estudio recientemente publicado de Hector Iglesias “Les inscriptions de Veleia-Iruña”, pensamos que tenemos precisamente la confirmación de esto. Veamos. Iglesias señala con respecto al “NO”: “Por lo tanto, lo que dicen estos dos autores no se corresponde a lo que se constata leyendo las inscripciones pompeyanas” y remitiendo a Veikko Väänänen “NO IICO 4233 (ib. NON IIGO, se trata de un fragmento de un verso de Ovidio, Her. IV 17 non ego nequitia socialia foedera rumpam); NO BIILII 4185” y concluye “El latín vulgar ha tenido la duplicidad non y no, de las que la forma breve se ha desarrollado sin duda por proclisis”. Después remite a Manuel Díaz y Díaz quien “confirma este fenómeno y señala la existencia de una forma NO en la Península Ibérica, especialmente en la Bética, en el siglo III (CIL, 1088)” .
Aquí tenemos un grafito de Ostia (Italia), eso sí, fuera de un texto, con un clarísimo NO .

Grafitos de Ostia Antica

Con respecto al “SI”, Iglesias señala que la afirmación de Gorrochategui sobre que la pérdida de la –C final de SIC es medieval, queda contradicha por los trabajos de Manuel Díaz y Díaz, quien dice “Las consonantes finales –m, -c, tendieron a perderse desde antiguo en latín, y es por ello explicable que se den en vocablos hispanos: sic  si  “si”. Y añade “La existencia en efecto en latín vulgar de duplicidades tales como ac si y ac sic… muestra claramente la caída de la –c final. Las inscripciones de Pompeya parecerían mostrar igualmente una caída de la –c final en la inscripción HICACAT=hic CACAT 3146” .
En este sentido traemos a colación el ejemplo de un grafito proveniente de un yacimiento arqueológico, en el que se observa claramente la palabra SI.
Grafito sobre un fragmento de cerámica de Augusta Raurica (Suiza). Cronología: 1ª mitad del siglo I d.C.

Grafito de Augusta Raurica
En conclusión, para Hector Iglesias, basándose tanto en epigrafía antigua como en las opiniones de expertos en la materia, no se puede decir que la presencia de SI y NO sea imposible en un contexto de los siglos III y IV.
Teniendo en cuenta estas posibilidades, consideramos que sería factible la aparición de las palabras sí y no en época romana, en un documento epigráfico de carácter doméstico y lúdico.
No obstante y buscando agotar las posibilidades de interpretación, podemos proponer otra diferente. Si las palabras de los grafitos fueran SI y NO, cabría pensar en un uso también lúdico de las piezas sobre las que están grabados, esto es, que realmente fueran fichas de juego, si bien no para tableros de mesa. Su uso sería diferente, e implicaría lanzarlas y que cayeran, para determinar la “respuesta ganadora” SI o NO. Pero este uso conllevaría una frecuente fractura de estas piezas cerámicas al caer, por lo que no parece un uso muy lógico. Por ello y observando el trazado de los grafitos también se puede proponer que en lugar de corresponder a SI y NO, lo que estén transcribiendo sea IS y ON respectivamente, posibilidad de lectura que no ha sido tenida en cuenta por la comisión. En ese caso, podría tratarse de abreviaturas, en las que posiblemente IS, correspondiera a una medida de peso, tal que una libra “I” y media “S” (semis). También se ha propuesto por parte de un investigador, Javier García, que podría estarse refiriendo a un elemento de cambio monetal, concretamente a un As “I” y medio “S” (semis), cuya abreviatura es habitual en esta forma. En este sentido se señalan como ilustrativos los ases de Tiberio y Calígula encontrados en Segóbriga y que llevan la contramarca IS que, según Almagro Gorbea, A. Balil interpreta como I=As y S=Semis. Por otra parte, en el caso de que el grafito de la otra cara sea ON, su interpretación es más complicada, si bien se hace una propuesta de que podría estarse refiriendo a la moneda N(numus) de O(ricalco) (latón, metal en el que estaban hechas algunas monedas). Si esto fuera así, estaríamos quizás no ante una ficha, sino ante una pequeña pesa, que se podrí para comprobar el peso de la moneda circulante .
Como vemos, se pueden proponer varias explicaciones que harían totalmente posibles estos grafitos en un contexto de época romana.
I CESAR
En el grafito nº 11422 (sector 5, rec. 59, UE 51144), se localizó un grafito que ya hemos visto con anterioridad. En él puede leerse (en su superficie interior, ya que en la exterior tiene otro grafito) ENEAS/ET LAVSIV/A ARCANIO/I CES/AR
Velázquez interpreta la “I” que aparece al principio de la penúltima línea, delante de César, como si fuera una conjunción copulativa, y así señala que “no resulta admisible I por ET”, porque “I” “es una conjunción copulativa castellana, escrita, además, con una grafía inusual en I latina”.
Y tan inusual, como que no se trata de ninguna conjunción. Lo que en realidad estamos leyendo es, a nuestro juicio, I CESAR, esto es, Iulio Cesar, con el nomen “I” abreviado (lo cual es entendible en un grafito), habiéndose querido destacar el cognomen Cesar, que terminó siendo un sinónimo del máximo poder en Roma, de forma que todos los emperadores posteriores lo agregaron a sus nombres.
Esto refleja, una vez más, cómo los grafitos han sido considerados como falsos desde un principio, de forma que de todas las explicaciones posibles, siempre se ha escogido la más inviable.
LOS LLAMADOS STEMMATA FAMILIARES
En dos de las piezas de Veleia localizadas en el sector 5, rec, 59, UE 51144, conctretamente en la nº 12046 y en la nº 12099, se grabaron unos grafitos mixtos figurativos y epigráficos, en los que, junto a nombres de personas (que ya hemos visto en el apartado de onomástica) se representaron lo que parecen ser unos pequeños dibujos de los mismos, casi a modo de retratos. Por la forma de disponer las figuras y sus nombres, marcando con líneas lo que podrían ser las relaciones entre unos y otros, parecen representar una especie de esquema familiar.

Grafito nº 12046
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio

Grafito nº 12099
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio
Velázquez los interpreta como árboles genealógicos y señala al respecto que “resulta sorprendente, anómalo y un claro anacronismo, la presencia de árboles genealógicos descendentes, representados de forma esquematizada y con signos como líneas horizontales y verticales para marcar grados de parentesco”. Añade “Los árboles genealógicos se desarrollan a partir de los llamados árboles de la vida, presentes en los manuscritos medievales, en los que se dibuja un árbol donde se representan las imágenes de las personas primeras de las que se quiere hacer derivar a los sucesores, en la raíz de los árboles, surgiendo del tronco y de las diferentes ramas…. Con el tiempo y ya en la Baja Edad Media se sustituirán estas imágenes dejando las cartelas con los nombres. La utilización de árboles genealógicos descendentes deriva de éstos y es posterior”. En este sentido hemos de señalar, de partida, que nosotros no conseguimos ver por ningún lado y en ninguno de los dos grafitos, un árbol con sus ramas y sus raíces. Por otro lado, no podemos dejar de traer a colación un documento que tácitamente contradeciría las afirmaciones de Velázquez, ya que se trata de un texto literario de época romana, de Juvenal (fines del I-principios del II d.C.), en el que se mencionan expresamente los árboles genealógicos, por lo que éstos -al menos a nivel conceptual- eran conocidos ya en dicha cronología. Se trata concretamente de sus Sátiras, libro 1, Sátira tercera, 28-29
SATYRA TERTIA

28-29.- QVOD MILLESIME, id est, tu in ordine
millesimus; ut sit vocativus pro nominandi casu, DVCIS
RAMVM, quasi in arbore consanguinitatis, ut
iurisconsulti dicunt, STEMMATE THVSCO, id est, ex
aliquo principe qui rexerit Ethruriam; aut quod omnis
nobilitatis Italiae ante Aeneae adventum ex Thuscia fuit.
Est autem "stemma" series maiorum ab aliquo viro
illustri ducta, quod Iuvenalis <8, 1-2> expressit dicens:
stemmata quid faciunt, quid prodest Pontice, longo/
sanguine censeri; [ET] QVOD [TV] TRABEATE, id est,
trabeatus, hoc est, trabea veste, quae regum propria est,
indutus, SALVTAS TVVM CENSOREM, id est, statuam
censoris a quo ducis originem; nam imagines maiorum
suorum, quas in atriis ex cera factas habebant, euntes
domo aut redeuntes, salutabant venerabanturque.

SÁTIRA TERCERA

28-29.- QVOD MILLESIME (porque milésimo),
esto es, tú estás el milésimo en la lista, de modo que es un
vocativo por nominativo. DVCIS RAMVM (sigues la rama),
casi como en un árbol genealógico, como dicen los jurisconsultos,
STEMMATE THVSCO (desde el árbol etrusco), esto
es, de algún príncipe que reinara en Etruria; o porque toda la
nobleza de Italia antes de la llegada de Eneas fue de Etruria.
El stemma es el árbol de los antepasados, encabezado por
algún varón ilustre, lo cual
expresó Juvenal <8, 1-2> diciendo: stemmata quid faciunt,
quid prodest Pontice, longo/ sanguine censeri ( )De qué
sirven los árboles genealógicos? )Qué aprovecha, Póntico,
añadir tu nombre a una familia antiquísima?). [ET] QVOD
[TV] TRABEATE <en vocativo>, es decir, trabeatus <en
nominativo> (y porque tú "trabeado"), esto es, vestido con la
trábea, ropa que es propia de los reyes, SALVTAS TVVM
CENSOREM (saludas a tu propio censor), esto es, la estatua
del censor del que desciendes, pues cuando salían de la casa o
entraban, saludaban y veneraban las imágenes de los
antepasados que hechas de cera estaban en los atrios de las
casas.
Por su parte Ciprés/Santos presentan, en cambio, otro punto de vista, casi hasta contradictorio con el de Velázquez. Así los consideran un stemma familiar, más que árboles genealógicos propiamente dichos (que no lo son propiamente). Para ellos “básicamente se trata de la representación de una serie de individuos, generalmente los progenitores y sus descendientes directos, unidos mediante líneas y debajo de los cuales se ha grabado el nombre”. Y proporcionan una interesante información: “Las fuentes nos hablan de la existencia en la Antigüedad de stemmata familiares, consistentes en una especie de cuadro genealógico expuesto en el atrium o en la pars prima aedium de las grandes casas de la nobilitas romana cuya existencia se atestigua hasta época tardía. En él estaban representadas las imágenes (posiblemente imagines pictae) y los nombres de los ancestros más destacados unidos por unas bandas (stemmata), que definían la recíproca posición en el interior de la genealogía… Algunos consideran que estos stemmata ayudaban a establecer la cronología relativa de las imagines que se guardaban en los armaria, sirviendo para ordenarlas unas respecto de otras”. Sin embargo, pese a este evidente testimonio documental que certifica la existencia de este tipo de representaciones en época romana, acaban acudiendo a razones iconográficas (que no especifican cuáles son) y lingüísticas (que ya hemos evaluado en nuestro Informe con respecto a la onomástica y los nominativos en –o) para poner en duda la antigüedad de estas representaciones.
A la vista de lo expuesto, nosotros consideramos que no hay ninguna razón que descarte la posibilidad de que una representación iconográfica como la que aparece en estos dos grafitos de Veleia sea posible en época romana. Los argumentos de Velázquez caen por su propio peso sencillamente porque lo que aquí nos encontramos no son, en modo alguno, árboles genealógicos los cuales, no eran tampoco desconocidos -al menos a nivel conceptual- en época romana. Sin embargo, sí tenemos una representación que podríamos asociar a los stemmata familiares que ya vemos que están bien documentados en época antigua a través de diversas fuentes. Por lo tanto, los habitantes de una domus importante como es la excavada en el Sector 5 de Iruña-Veleia, podían conocer e incluso tener en su atrio este tipo de representaciones. Los grafitos de Veleia no serían sino la plasmación en un soporte precario y con carácter esquemático, de este tipo de esquemas familiares, que les eran conocidos.
En conclusión las representaciones que pueden verse en estos grafitos son totalmente factibles en una cronología romana, ya que se conocía y se utilizaba el concepto de la representación de la familia mediante esquemas. Por otra parte tanto los aspectos iconográficos como lingüísticos presentes en estos grafitos no presentan, a nuestro juicio, ningún problema para esta adscripción cronológica.
Por su parte hay quien interpreta estos grafitos de otro modo. Así Colmenero, señala que son simples ejercicios escolares sin más. Para Hector Iglesias, tampoco son representaciones de carácter familiar, sino que representan el llamado “juego del colgado”. Como ya hemos señalado en otras ocasiones, no hay que descartar ninguna vía de interpretación.
CONCLUSIÓN
A lo largo de este apartado sobre cuestiones de lengua, ya hemos ido elaborando conclusiones parciales sobre cada uno de los temas tratados.
Como recapitulación genérica podemos señalar que consideramos que la lengua que se refleja en los grafitos de Iruña, correspondería, con toda probabilidad al latín vulgar que entre los siglos III al V se estaba hablando en este entorno geográfico. Un lenguaje con una evolución ya clara hacia el romance, quizás mayor de la que se pensaba hasta el momento para estas coordenadas cronológicas. De ahí se derivarían todos los aparentes problemas señalados por los miembros de la comisión con respecto al latín de los grafitos, que no es el latín clásico y culto reflejado en otras fuentes, pero que ya nadie hablaba. Nominativos en –o, palabras o nombres aparentemente castellanizados, determinados términos aparentemente italianos, errores en las declinaciones, el “sí” y el “no”, no serían sino una manifestación directa de ese latín vulgar, que debe ser estudiado y analizado como tal. Pensamos que no se ha querido reconocer lo que se tenía delante.
LAS SENTENCIAS LATINAS
INTRODUCCIÓN
Entre los grafitos de Veleia, algunos corresponden a textos más o menos largos que podemos clasificar como “adagios” o “sentencias” latinas, tanto clásicas como cristianas. La mayor parte se localizaron en el sector 5, recinto 59, UE 51144, excepto una de ellas, que se localizó en el sector 12, UE 12076-B. Es importante tener este hecho en cuenta porque, en tanto las primeras se localizaron en un estrato de la 2ª mitad del siglo III .C.; la última se localizó en otro del siglo V d.C.
Todos los textos que aquí se comentan están grabados sobre hueso. Nuevamente hay una diferencia entre los ejemplares de la UE 51144, que corresponden a restos de alimentación y el de la UE 12076-B, que es un desecho de industria ósea, esto es, se trata de un fragmento de hueso desechado durante el proceso artesanal para la producción de objetos con este soporte. La superficie ósea sobre la que se grabaron los grafitos en ocasiones se rompió o lascó en el momento de trazar las letras, por lo que en algunos casos es difícil la lectura del texto.
Según V elázquez estos textos “ponen de manifiesto la utilización de máximas harto conocidas, difundidas por tradición escolar o popular, famosas y poco comparables o equiparables a las verdaderas sentencias que se utilizaban con cierta profusión en la escuela antigua, tanto bajoimperial como, después, en época cristiana” . “Más bien se trata de máximas recuperadas y difundidas a partir del humanismo. Pero, en especial, contrastan con la presencia de sentencias de corte más moderno”. Más adelante insiste en el hecho de que algunas son antiguas, en tanto que otras son posteriores en el tiempo, y algunas de las antiguas se han hecho famosas con posterioridad “aun siendo antiguas, sólo se han hecho famosas y manejables en épocas muy posteriores”.
A este respecto hemos de señalar en primer lugar que si ella misma afirma que parte de las sentencias ya existían en la antigüedad, no vemos cuál es el problema real que plantean, por mucho que también se difundan con el humanismo. Si eran conocidas en ámbitos escolares en época antigua, no hay mucho más que decir. A nuestro juicio lo que se pretende es convertir a todas las sentencias –incluidas las antiguas- en sospechosas de modernidad, mediante una valoración absolutamente subjetiva y, nos tememos, preconcebida. Porque el hecho cierto es que, si eran conocidas en la antigüedad, su presencia en testimonios escritos de una ciudad de época romana es perfectamente factible, por mucho que dichas frases hayan traspasado los siglos y hayan subsistido hasta la actualidad. Pretender datar un texto no en el momento en que se constata que se puso por escrito por primera vez (sin descartar que pudo ser escrito con anterioridad o transmitido oralmente, sin que se conserven testimonios de ello), sino en el período en que se supone que se difunde (aunque aquí hemos de decir que no podemos pretender saber su nivel de difusión en la Antigüedad, tal vez mayor que el que suponemos), es una conclusión absolutamente ilógica, subjetiva e inclinada a intentar demostrar, en este caso, la modernidad de los grafitos.
Por otro lado, este tipo de textos, tipo máxima, sentencia o como queramos llamarlos, pudo tener una fuerte tradición oral y ponerse por escrito como tales máximas o sentencias más adelante con un concepto similar o diferente. Lo más probable es que quizás ni siquiera se conserve el testimonio de la primera vez que se pusieron por escrito. Y es que, en definitiva, se trata de conceptos muy populares, sobre todo en algunos casos. Pongamos el ejemplo de los refranes o los dichos de la gente. Éstos tienen una transmisión fundamentalmente oral (sin que sea posible determinar desde cuándo ésta estaba en funcionamiento y por tanto cuándo realmente se crearon los mencionados refranes o dichos) hasta, que en un momento determinado, alguien los pone por escrito y es cuando puede parecer que se popularizan. En una investigación científica no podemos perder de vista todas las posibles explicaciones factibles de un hecho.
Por otro lado, con respecto a las sentencias que se suponen de origen moderno, consideramos que también pudieron tener un origen antiguo, como ya veremos en cada caso. Y esto no sólo atendiendo al razonamiento que acabamos de explicar, sino porque hemos encontrado documentación que vendría a demostrarlo.
Gorrochategui por su parte señala que estas sentencias presentan como característica común que utilizan de forma correcta los casos latinos lo que, sin embargo, no ocurre con el resto de los grafitos que muestran formas vulgares. Sin embargo esto no ocurre así en todos los casos.
LAS SENTENCIAS
Vamos a analizar estas sentencias una por una, agrupándolas según su contexto estratigráfico, que es lo correcto.
.- Sector 5, recinto 59, UE 51144
• Nº 12373. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito CVO PRODITVRVS.
Velázquez señala que es inaceptable aunque no indica por qué. Sólo que debería haber sido cui proditurus, por formas sin duda del tipo cui prodest?.
Ciprés/Santos señalan que “es una expresión difícil de identificar por el uso de cuo. La frase más próxima sería cui prodest? o cui prodest scelus is fecit? ¿a quién aprovecha el crimen cometido? (Séneca, Medea 500)”.
En realidad, consideramos que el texto no tiene un problema real que impida considerarlo de época romana. En primer lugar, si hay una forma correcta en latín cui proditurus, podríamos estar simplemente ante una errata sin más. En segundo lugar, tampoco tenemos por qué dar rango de sentencia a este texto y forzar su encaje en alguna de las que han llegado hasta la actualidad.
• Nº 12377. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito
AB
ABSVRDO
“Por el absurdo”. Demostrar la verdad por el método de probar que su contrario es absurdo. Se utiliza sobre todo en geometría . Se trata de una locución latina de uso corriente no atribuible a ningún autor.
Según Gorrochategui este dicho “fue empleado por la escolástica medieval”. Por ello, este grafito en concreto es señalado por él como “una impostura moderna”.
Ahora bien, a nuestro juicio el hecho de que se usara en la Edad Media, no es en absoluto dirimente en contra de su posible atribución a época romana, por cuanto es un principio de geometría de uso común y tradición antigua. Su existencia en dicha cronología es, por tanto y a nuestro juicio, absolutamente factible.
• Nº 12382. Sobre un fragmento de hueso, grabado por sus dos lados, podemos leer el grafito
Cara-A. PATIVS SII(…)
Cara-B. QVAN NVMQ(V?…).
Posiblemente se trate de la máxima “Potius sero quam numquam”, “Más vale tarde que nunca” de Livio (4, 2, 11 )
Ninguno de los expertos de la comisión señala problemas con respecto a este grafito que correspondería al texto de este autor clásico. También para Ciprés/Santos sería un texto de Livio. Únicamente señalar que aquí tendríamos otra errata al haberse escrito patius en lugar de potius. Por otra parte, señalar que la segunda Q no llega a cerrarse de forma que parece una G.

• Nº 12385. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito
AB
MODISCII
OMNII
Lo correcto hubiera sido “Ab uno disce omnes”, (“Por uno conócelos a todos”. Juzga por la muestra). Expresión tomada de Virgilio, Eneida (2, 65) . Hay una errata al principio de la segunda palabra, por la que VN se ha escrito como M, como habiendo querido trazar dos letras con nexo.
Este grafito no presenta ningún tipo de problema ni se ha señalado tal cosa por parte de ninguno de los expertos de la comisión.
• Nº 12384. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito
ABISVS ABISVM
INVOCAT
“El abismo llama al abismo”, texto que aparece en los Salmos (41, 7) .

Grafito nº 12384
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio
• Nº 12386. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer un grafito grabado por las dos caras.
Cara-A. ABISSVS ABISSVM
Cara-B. INVOCAT
Vemos por tanto un mismo texto en dos piezas diferentes, en una con una S y en otra con dos.
Esta frase se recoge en los Salmos, por lo cual Gorrochategui señala que esta sentencia “remonta a una fuente literaria anterior al s. III d.C.”
Velázquez también admite que es posible la aparición de estos textos en un contexto del siglo III d.C., pero, según ella, “representan un estadio avanzado de penetración del cristianismo en esta zona, que resulta indemostrable, incluso incoherente”. En este sentido nos planteamos por qué le resulta incoherente la penetración del cristianismo en esta zona en la 2ª mitad del III d.C., cuando esto no sólo es que fuera muy posible sino que, además, era lo más esperable en una ciudad como Veleia (como ocurre en el resto de las de su categoría), ubicada en pleno recorrido de un importante eje de comunicaciones de época romana y abierta no solo a un amplio intercambio comercial, sino a las idas y venidas de gentes diversas con sus distintas culturas y sus diferentes creencias. Es precisamente a partir de los núcleos urbanos como irá penetrando la nueva religión, que vivirá a partir de la tercera centuria momentos más o menos permisivos, alternando con períodos de persecución -como las de Decio y Valeriano a mediados del III d.C.- o la última gran persecución de Diocleciano del 304-305 d.C. Poco después, el Edicto de Tolerancia de Galerio del 311 y el Edicto de Milán de Constantino de 313, reconocen al Cristianismo en el marco del Derecho público romano y se da la libertad religiosa, hasta que, finalmente, el Edicto Cunctos populos de Teodosio del 380 implante al Cristianismo como única religión del estado, completado en el 390 con la legislación contra el paganismo.
En Iruña-Veleia, ya se contaba con algún testimonio gráfico anterior que nos estaba indicando la presencia de gentes que estaban practicando el nuevo culto, como sería el caso de un grafito del siglo II d.C. en el que aparece una paloma picando de una hoja, uno de los símbolos figurativos del cristianismo primitivo. Además en el mismo contexto de la UE 51144, se localizaron otro tipo de elementos que nos llevan a pensar en una introducción del cristianismo. Por tanto, la afirmación de que sea “indemostrable” (en palabras de Velázquez) la presencia del cristianismo en esta antigua ciudad romana, simplemente no se sostiene y, desde luego, no sirve para argumentar en contra de la posible presencia de una frase de los Salmos entre los grafitos del yacimiento. No hay que perder de vista el hecho documentalmente demostrado de que a principios del siglo IV (en torno al 300-306), se celebra el Concilio de Elvira, al que acuden representantes de 37 iglesias locales, entre ellos, dos de la Tarraconense, provincia a la que pertenecía Veleia.
En cualquier caso, el texto que aparece en los grafitos de Veleia, correspondiente a los Salmos, podía ser perfectamente conocido y utilizado por los habitantes de Veleia.
Velázquez señala también que su paleografía es moderna, con lo cual no estamos en absoluto de acuerdo, remitiendo a nuestro informe sobre paleografía.
Por su parte Ciprés/Santos, señalan que es una frase antigua vinculada al cristianismo, si bien presenta errores de transcripción. Efectivamente, una de ellas presenta sólo una S en relación a la palabra abissus o abissum pero esto sería una simple errata .
Nuestra conclusión es que la aparición de este texto entre los grafitos de Iruña-Veleia es perfectamente factible en el contexto cronológico propuesto. Pero hemos de señalar en el caso de Velázquez cómo parece que, dado que no se puede rebatir que el texto tenga un origen antiguo, ha buscado otros argumentos para poder poner en duda su autenticidad, argumentos que, a nuestro juicio, no se sostienen en relación a estas dos piezas.
• Nº 12390-A. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer dos sentencias diferentes, cada una de ellas grabada a cada lado de un fragmento de costilla, escritas en sentido inverso la una con respecto a la otra. No tienen nada que ver temáticamente y es posible que incluso estén ejecutadas por distintas manos.
Cara-A. AMICVS
CIIRTVS IN
RII INCIIRTA
CIIMITVR
“El verdadero amigo se conoce en las situaciones difíciles”. Este verso de Ennio (388, Ribbeck ), traducción de uno de Eurípides (Hécuba 1202), lo cita Cicerón en De Amicitia (17, 64) . Es lógico suponer que en realidad en la última palabra se quiso escribir la palabra CERNITVR, pero en lugar de RN se grabó una letra que parece una M, a todas luces una errata quizás producida al intentar establecer un nexo entre R y N. En cualquier caso, creemos que no hubo un intento de corrección, como señala Gorrochategui en su informe, ya que el resto de trazos que son visibles en la superficie del hueso, corresponden a los habituales surcos que se producen en la misma durante su enterramiento.

Grafito nº 12390-A
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio
Todos los expertos de la comisión admiten la antigüedad del texto, si bien Gorrochategui en un increíble e inconsistente alarde de razonamiento, señala que el error que aparece en el texto cemitur en lugar de cernitur (ya hemos dicho que el intento de corrección no es tal, como puede observarse perfectamente con el estudio directo de la pieza) “no puede ser entendido sino como una mala lectura de la fuente por parte del escribiente: esa fuente solo puede haber sido una fuente impresa moderna, en la que la secuencia rn se haya leído mal como m”. A todas luces esta afirmación es indemostrable, carece totalmente de lógica, de sentido y muestra, en cambio, una buena dosis de inventiva además de una clara intencionalidad de demostrar con argumentos caprichosos que el grafito no puede ser de época romana. Téngase en cuenta esto a la hora de analizar la construcción de las argumentaciones del sr. Gorrochategui, en temas más complejos de entender para un profano, como los puramente lingüísticos.
Cara-B. AD MAIOREM
DIII, GLORIA
“Ad maiorem dei gloriam”, “Para mayor gloria de Dios”. En primer lugar tenemos que señalar que todos los miembros de la comisión han leído mal el grafito, puesto que en él sólo puede leerse Ad maiorem dei gloria no Ad maiorem dei gloriam. La –m final nunca se escribió, como puede verse perfectamente en la fotografía. Podría tratarse de una errata o, simplemente estar reflejando el latín vulgar que, para esta fecha, ya había perdido la –m del acusativo singular, como bien señala en su informe Gorrochategui. Por otra parte la presencia de la coma no es totalmente segura.

Grafito nº 12390-B
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio
Este texto es uno de los que principalmente se ha esgrimido en los informes de la comisión como argumento contra la antigüedad de los grafitos.
Así, según Velázquez, “la frase procede de los Dialogi (1.2.6) del papa Gregorio Magno (540-604 d.C.), por lo que, como fecha muy temprana habría que situarlo en la 2ª mitad del s. VI. Sin embargo, la frase se hace realmente famosa y adquiere categoría de máxima o adagio a partir del Concilio de Trento (1542 y ss.) y, sobre todo, cuando se convierte en el lema de la Compañía de Jesús”.
Gorrochategui, atribuye el texto directamente a la “divisa de la orden jesuita, que fue empleada por primera vez en el Concilio de Trento”, aunque admite que el autor se basó en los Diálogos de San Gregorio Magno. Y señala el párrafo en concreto del que pudo partir la máxima: “Pero donde falta en absoluto el fruto, porque no hay buenos, es inútil afanarse por los malos, sobre todo si se presenta la ocasión de hacer otras obras que puedan reportar mayor gloria a Dios (Diálogos, Vida de S. Antonio Abad, cap. III)”, señalando no obstante que “el texto no deja de ser una ilusión” puesto que en la fuente original la sentencia está expresada de forma diferente “Nam ubi omnimodo de bonis fructus deest, fit aliquando de malis labor vacuus; máxime si e vicino causase suppetant quae fructum Deo ferre valeant meliorem”, con lo que concluye que este texto no es la fuente material de la divisa jesuítica, aunque sí pudo suponer su inspiración. En este sentido hemos de señalar que Gorrochategui se equivoca y no ha sabido encontrar el origen de esta sentencia en San Gregorio Magno, ya que no es de los Dialogi III de donde se toma la cita, sino de los Dialogi 1. 2, 6 como señalan Ciprés/Santos, tal y como vemos a continuación.
También Ciprés/Santos, concluyen que se trata de la divisa de la Compañía de Jesús del siglo XVI. Señalan que la frase ya se encuentra en San Gregorio Magno en los Dialogi 1.2, 6, y dan la cita original, que es la correcta: “Sed ad maiorem Dei gloriam vicit pietas illud pertus virtutis, quod ideo fuit validum quia devictum”. Es decir que es el texto de Veleia tal cual y no tiene mucho que ver con la frase señalada por Gorrochategui. Ciprés/Santos, también admiten que existía un texto “in gloriam Dei” recogido en la primera Epístola a los Corintios de San Pablo que, para algunos es un antecedente. Sin embargo como la formulación que aparece en el grafito de Veleia es algo diferente ellos no lo admiten como tal antecedente. Y concluyen en el mismo sentido que los expertos anteriores señalando que es un texto que se generaliza a partir del nacimiento de la Compañía de Jesús.
A la vista de lo anteriormente expuesto y de algunos datos más que aportaremos a continuación, podemos concluir que el sentido del texto “a la gloria de Dios” ya existía en el siglo I d.C., como se refleja en la mencionada Iª Epístola a los Corintios (10, 31) de San Pablo “ Sive ergo manducatis sive bibitis sive aliud quid facitis, omnia in gloriam Dei facite”. Cierto es que no es exactamente como el texto del grafito de Veleia. Éste aparece por escrito tal cual más tarde en la 2ª mitad del VI en los Dialogi, lo cual no quiere decir que un texto como éste no estuviera ya circulando con anterioridad aunque no tengamos registro escrito del mismo.
Por otra parte, tenemos otro documento que muestra una frase tal cual la del grafito de Veleia, pero con un cambio de personaje. Así, el gramático Mauro Servio Honorato (s. IV) célebre comentarista de la Eneida de Virgilio (escrita en el siglo I a.C.), en su obra In tria Virgilii Opera Expositio dice que éste "elogia a Turno a mayor gloria de Eneas" SERV. Aen. 1, 71 ad maiorem Aeneae gloriam lauda et Turnum. Con lo cual tendríamos otro testimonio antiguo del texto en cuestión, si bien en el grafito veleiense se ha sustituido a Eneas por Dios, dentro de un ámbito que hemos de suponer con indicios de cristianización (como es el correspondiente a la UE 51144 en la que se recogen otros testimonios como los pasajes de los Salmos ya vistos, una Bienaventuranza que veremos después o las representaciones de crucificados).
Sin embargo y a pesar de estos testimonios de época romana, la conclusión a la que llegan los expertos de la conclusión es muy diferente, en el sentido de suponer que “ad maiorem dei gloriam” (o gloria, que es lo que realmente pone en el grafito) es un texto moderno porque se generaliza y difunde su conocimiento cuanto la Compañía de Jesús la adopta como su lema. A nuestro juicio, se trata de un argumento forzado por cuanto, son conscientes y reconocen que la sentencia ya existía mucho antes.
Por nuestra parte y tomando en consideración todos los testimonios relativos a la forma y el contenido del texto, nosotros concluimos que su presencia es perfectamente factible en una cronología de la 2ª mitad del siglo III d.C., como es la que se propone para el grafito de Veleia en el que aparece grabado.

• Nº 12394. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito
SI VIS PACIIN
PARA INSTITIAM
Podría significar algo así como “Si quieres la paz, prepara la intuición”. El texto quizás se pueda considerar inspirado en la frase “si vis pacem para bellum”, cita clásica de origen desconocido, cuya idea es recogida por Cicerón en el siglo I a.C. (Filípicas 7, 6, 19): Si pace frui volumus, bellum gerendum est “si queremos gozar de la paz, debemos hacer la guerra” y Vegecio en el siglo IV d.C. (De Epitoma rei militaris 7, 6, 19): “Qui desiderat pacem, praeparet bellum” “Quien desee la paz, que prepare la guerra” .
Velázquez señala que, el grafito, tiene –n final y que esto puede ser una errata, pero es que en realidad no tiene –n final, sino una –m (cierto es que un poco atrofiada). La –n final está en “pacen”, si bien puede ser dicha errata o un rasgo de latín vulgar sin más . Dice que este texto “se considera un desarrollo de la famosa si vis pacem para bellum, cuyo origen suele hacerse derivar de una expresión de Vegecio en el De epitoma rei militaris: Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum, escrito hacia 390 d.C.”, aunque indica que la máxima se convierte en famosa posteriormente. Para ella el término que aparece en el grafito no es institiam (que es lo que realmente está escrito en el grafito, aunque no es descartable una errata) sino iustitiam. Y eso le da pie para una argumentación sobre este término ya que, según ella, con iustitiam se está haciendo referencia a una “justicia distributiva” asociando el concepto a Kant que lo analizó y usó la máxima con esta palabra, para finalizar señalando que dicha máxima aparece en el Tribunal de la Haya y que se ha hecho famosa en época moderna.
También Gorrochategui ha interpretado el término como iustitiam. Y así señala que aunque está en un texto de reminiscencias antiguas, ha sido empleada en época moderna. Y así hace referencia a la fachada del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya en que está escrito el texto, el cual remite a la sentencia creada por los fundadores de la OIT con sede en Ginebra, creada tras la I Guerra Mundial, en la cual esta escrita “Si vis pacem, cole iustitiam”. Aunque después admite que estas frases son variaciones modernas de la conocida sentencia latina anteriormente mencionada. Este grafito en concreto es señalado por Gorrochategui como “una impostura moderna”.
Sin embargo Ciprés/Santos no recogen este grafito en su informe, por lo que hemos de suponer que no le ven ningún problema a su atribución a época romana.
Analizando las opiniones de los expertos de la comisión, hemos de volver a señalar que lo que realmente pone en el texto del grafito de Veleia es instititam (y además muy claramente), no iustitiam. Pero aún admitiendo que haya una errata y que en realidad lo que se quiso fue escribir el segundo término, esto no demuestra en modo alguno que la palabra iustitiam tenga ese sentido de justicia distributiva en el grafito de Veleia. ¿Cómo se puede demostrar eso? Es imposible. Nos preguntamos por qué no se puede concluir que se utilizó un tipo de frase ya conocido en la antigüedad en el que en lugar de proponer la guerra como solución a la búsqueda de la paz, se estaba proponiendo utilizar la intuición o, en su caso, la justicia a secas. El hecho de que la sentencia se haya mantenido hasta la actualidad y que sea a partir de época moderna cuando ha tenido gran difusión, por su utilización como lema de organismos públicos de rango supranacional, no es en absoluto dirimente en contra de su existencia, conocimiento y plasmación en un epígrafe de época romana, máxime cuando ni siquiera el texto que aparece en el grafito de Veleia corresponde en realidad al de estos textos modernos. El argumento esgrimido por los miembros de la comisión nos parece, en este sentido, absolutamente forzado y, nos tememos, intencionadamente manipulado pretendiendo demostrar que es un grafito moderno.
Por otro lado, no nos resistimos a señalar las contradicciones de los dos informes que recogen esta sentencia. Así, Velázquez remite a Kant como origen de la misma, en el siglo XVIII (aunque no dice en cuál de sus escritos, lo que sería necesario para poder hacer la oportuna comprobación), en tanto Gorrochategui parece lanzar la idea de que la creó alguien (¿quién?) en el XX plagiando una sentencia creada por “los fundadores de la OIT” (¿quiénes?). En cualquier caso, desconoce quién es el autor de la sentencia, simplemente dice que hay un parecida “creada por los fundadores de la OIT”, sin dar ninguna referencia que apoye esta afirmación. Parece que lo único que sabe es que la sentencia y otra parecida aparecen inscritas en dos edificios construidos en el siglo XX, y con esto ya tiene suficiente para asegurar su falsedad en Veleia. Hay que tener en cuenta que si una sentencia latina se inscribe en un edificio del siglo XX normalmente es porque se está citando un autor que habitualmente escribe en latín, que Gorrochategui obviamente desconoce. Por otra parte, Kant escribía casi todas sus obras en alemán (sólo escribió dos obras en latín), y si pone esta sentencia en latín es porque probablemente esté citando a un autor de lengua latina. Quién es el autor original, y en qué época vivió, no parecen saberlo los autores de los informes. Por lo tanto, los argumentos presentados, aparte de ser contradictorios entre sí, de ninguna manera demuestran la falsedad del grafito.
• Nº 12396. Sobre un fragmento de hueso, podemos leer el grafito
O(VN)MIA VINCIT
AMOR
“El amor lo vence todo”. En realidad lo lógico es suponer que en la primera palabra se quería escribir OMNIA. Pero hay una errata de forma que en lugar de M se escribió VN y, en la parte final de la palabra, la superficie del hueso comenzó a saltar cuando se grabó el grafito, de forma que se lee con mucha dificultad. No obstante parece que en lugar de N se escribió M. Esta frase aparece recogida por Virgilio en las Bucólicas (10, 69) , “Omnia vincit amor, et nos cedamus amori” “Todo lo vence el amor, cedamos también nosotros al amor”.

Grafito nº 12396
Foto Quintas, Iruña-Veleia IIIer. Milenio
Este texto no parece presentar problemas para su adscripción a época romana para ninguno de los miembros de la comisión, si bien Gorrochategui muestra su extrañeza por la grafía de omnia (escrita aparentemente ounmia), la cual nosotros atribuimos a una simple errata y a un desconchado del hueso durante el proceso de incisión de las letras.
Por su parte Ciprés/Santos leen CVN DIIA en la primera palabra, si bien la atribuyen también a omnia.
• Nº 12431. Sobre un mismo fragmento original de hueso (roto en dos trozos) y en la misma superficie, aparecen dos grafitos que no tienen nada que ver y que, indudablemente, están ejecutados por distinta mano. De hecho, están escritos en sentido inverso (es decir si uno lo disponemos en el sentido de su lectura, el otro queda al revés). Entre ellos hay una fractura, por lo que es muy posible que la costilla ya estuviera rota y dispersa cuando se grabaron los grafitos cada uno en lo que era ya un trozo de hueso independiente separado del soporte original. Así uno de los grafitos corresponde a una lista de nombres a la que acompañan unas figuras de difícil interpretación, en tanto el otro compone una sentencia en la que podemos leer
BIIATI PAVPIIRV
SPIRITV
Frase bíblica de las Bienaventuranzas “Beati pauperes spiritu, quoniam est regnum caelorum”“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos” de Mateo (Bienaventuranzas 5, 3) . Una frase similar aparece en el Evangelio gnóstico de Tomás, procedente de la biblioteca gnóstica de Nag Hammadi en Egipto, probablemente escrito en el siglo II d.C. y posiblemente en Siria. No disponemos del texto del texto en copto pero citamos aquí la traducción “Jesús dijo: Bienaventurados los pobres porque vuestro es el reino de los Cielos” (54). César Vidal señala que tal vez se trate de la primera versión de esta bienaventuranza, conservada en Lucas 6, 20-23. El sentido es algo diferente al de la que aparece en Mateo 5, 3, ya que ésta parece “haber sido escrita en un sentido susceptible de ser interpretado más espiritualmente” .
Velázquez señala que “no resulta gramaticalmente aceptable, ni como error vulgarizante” puesto que lo correcto habría sido beati pauperes spiritus. Dice que “bien podría haberse encontrado esta frase en un texto cristiano de los siglos IV ó V (incluso en ciertas zonas algo antes), pero la forma de ejecución y los errores anulan la posibilidad de su autenticidad”. Sin embargo no sabemos a qué responde esta afirmación puesto que el texto era más antiguo (el original en hebreo de Mateo sería de mediados del I d.C) por lo cual sería perfectamente posible su aparición en un contexto a partir de esa fecha. Los errores gramaticales pueden ser simplemente una evidencia del latín vulgar. No olvidemos que existe un documento del siglo III d.C. el Appendix Probi, que señala una relación de incorrecciones del latín vulgar y su forma correcta en latín clásico, en la que incluye una buena serie de “desviaciones” de diverso tipo del uno con respecto al otro (incluyendo fallos en las declinaciones, en la ortografía, en el vocabulario, etc.).
Ciprés/Santos constatan la errata pero no le dan mayor importancia.
Gorrochategui por su parte habla de “grafías inexplicables”, si bien, “inexplicablemente” lee la primera palabra como “beata” lo cual no es así en absoluto.
A nuestro juicio por tanto, es perfectamente factible que el texto aparezca en un grafito del siglo III d.C. en un contexto en el que hay otras evidencias de tipo cristiano. La presencia de erratas o fallos gramaticales no nos parece un argumento dirimente en contra de esta cronología, sino más bien todo lo contrario ya que simplemente mostrarían el uso de un latín vulgar que se pone por escrito.
.- Sector 12, recinto 3, UE 12076-B. Es muy importante tener en cuenta que la sentencia que a continuación se presenta no corresponde al mismo contexto ni a la misma cronología que las analizadas con anterioridad. Ésta se localizó en la parte baja de un derrumbe que colmataba una cisterna, derrumbe que se produjo en el siglo V d.C. Este derrumbe estaba perfectamente sellado por varios potentes niveles de escombro que cayeron sobre él y que incluían fragmentos de grandes materiales constructivos así como de un mosaico. Por tanto estratigráficamente no hay ningún tipo de duda de que la UE 12076-B se formó en época romana.
• Nº 11811. Sobre un fragmento de hueso que, a diferencia de los anteriores, no es un desecho de alimentación sino que corresponde en realidad a un resto de industria ósea (el hueso está facetado y pulido), podemos leer un grafito grabado en dos de sus facetas o caras, disponiéndose el texto de forma inversa de una parte con respecto a la otra
Cara-A. HOMO PROPONIT
Cara-B. SIID DIIVS DISPONIT
“El hombre propone pero Dios dispone”.
Publio Siro, es un escritor que vivió entre el 85 y el 43 a.C. y en su obra aparece “Homo semper aliud, fortuna aliud, cogitat”(Sententiae, H. 14), entre una serie de máximas morales. Esta máxima, como vemos, es muy parecida a la del grafito de Iruña “Siempre el hombre piensa una cosa y la fortuna otra”, que aunque no es literalmente igual, su sentido viene a ser el mismo ; si bien en la de Iruña y en un contexto judeo-cristiano, no es la fortuna, sino Dios el que dispone.
El sentido religioso de la sentencia se refleja en las Sagradas Escrituras, concretamente en Proverbios, 16, 9, donde encontramos, “Sed sicut scriptum esse, Homo cogitat, Deus ordinat”, "El corazón del hombre piensa su camino, más Dios endereza sus pasos”
En el tercer libro de Orderico Vital, un cronista inglés que nos legó una de las grandes crónicas de Normandía e Inglaterra en los siglos XI y XII, nos encontramos con “Homo cogitat, Deus ordinat” (Orderico Vital, Historia Ecclesiástica “Eccles. Hist”, Libro III).
Avanzando en el tiempo, una cita prácticamente idéntica a la de Iruña aparece en dos pasajes del poema “Piers the Plowman” escrita en inglés medieval por William Langland entre 1360 y 1387. La cita está en latín y dice así “Homo proponit et Deus disponit”(11, II. 36-8) que, en el poema, es atribuida a Platón . La única diferencia entre el texto de Veleia y el de Langland es el cambio de sed por et, pero por lo demás son idénticas y, el sentido, el mismo. La sentencia también aparece recogida en la obre “De imitatione Christi”, “Imitación de Cristo”, 1, 19, 9 , publicada por Tomás de Kempis en 1418, donde la cita es “Nam homo proponit, sed Deus disponit, nec est in homine via eius”.

Grafito nº 11811-Foto Servicio de Restauración DFA

Grafito nº 11811 (Cara-A)-Foto Servicio de Restauración DFA

Grafito nº 11811 (Cara-B)-Foto Servicio de Restauración DFA

En los informes de la comisión, señala Velázquez que hay una errata y que pone PROPOVIT confundiendo N por V, pero esto es muy difícil de determinar con seguridad dado el trazado de las letras. No le da importancia a este hecho y, además, se trataría simplemente de una errata. Marca también como anacronismo la E de dos barras, lo cual no es cierto, tal y como podemos ver en el informe sobre paleografía, que muestra que este tipo de E se utilizaba de forma muy habitual en los grafitos hasta época bajoimperial.
Pero el verdadero problema, señalado por Velázquez, Gorrochategui (que define este grafito como una “impostura moderna”) y Ciprés/Santos, estriba en que la frase “pertenece a la famosa obra De imitatione Christi de Tomás de Kempis (1379-1471)”, en cuyo capítulo 19 dice: Nam homo proponit, sed Deus disponit, nec est in homine via eius”. Con lo cual para ellos sería un texto que no se podría datar con anterioridad.
No podemos resistirnos a señalar aquí una serie de contradicciones entre los informes de la comisión. Así, Velázquez señala que esta frase pertenece a la famosa obra De Imitatione Christi de Tomás de Kempis (1379-1471), filósofo medieval bien conocido, que en el capítulo 19 de su obra (De exercitiis boni religiosi), señala en el punto 2. Nam homo proponit, sed Deus disponit, nec est in homine uia eius.
Gorrochategui remonta el texto a la obra Imitatio Christi de Tomás de Kempis, según él un monje renacentista que vivió entre 1380 y 1471. Gorrochategui, señala que la obra apareció publicada en 1481 de manera anónima, si bien debe tratarse de una errata porque se publicó en 1418 realmente.
Finalmente, Ciprés/Santos atribuyen la frase al teólogo alemán Thomas de Kempis (1380-1471), presente en su obra De Imitatione Christi 1.19.9.
Lo expertos difieren en el título del libro, en la fecha de nacimiento de Kempis, en su profesión y en el lugar donde se encuentra la cita. El hecho es que Tomás de Kempis no fue renacentista ni teólogo ni filósofo. Fue un monje medieval (tardomedieval más concretamente), escritor de obras ascéticas y piadosas (no de filosofía ni teología). La obra se titula De imitatione Christi.
Pero al margen de estas cuestiones de detalle y analizando la documentación que hemos expuesto al principio, vemos que el sentido del texto, lo encontramos ya en época romana republicana, si bien aún sin el sentido religioso cristiano que adquirirá ya en el siglo I d.C. en el Antiguo Testamento, tal y como hemos visto en los Proverbios. Volvemos a encontrar ya la frase en la Edad Media, en un texto de Langland, que incluso menciona un incomprobable origen en Platón de la misma. Y ya después es cuando la registramos en la obra de Kempis.
Por lo tanto no es cierto que la frase tenga su origen en Tomás de Kempis, ni siquiera es cierto que sea él el primero en ponerla por escrito, ya que tenía un origen claramente anterior. Además tenemos otro dato en este sentido: encontramos el texto, prácticamente igual, en dos autores medievales, lo que podría indicar que hay una fuente anterior de la que se nutrieron tanto Langland como Kempis. Y ello, porque es muy poco probable que Kempis la tomara de Langland, ya que es poco verosímil que un monje alemán que vivía en Holanda entendiera el inglés medieval y ni siquiera que conociera la obra, de la que no hay constancia que se hubiera traducido y copiado fuera de Inglaterra. Por lo tanto, el hecho de que la sentencia fuera citada independientemente por dos escritores de los s. XIV y XV, en Inglaterra y Holanda, indica que su conocimiento estaba extendido por aquella época, y además es una muestra de lo poco que sabemos de las fuentes de la antigüedad que sí podrían haber sido conocidas en otras épocas, ya sea en forma escrita o por transmisión oral, como en tiempos de Kempis o Langland, y que actualmente se han perdido. Esto es también aplicable al resto de las sentencias de Veleia cuyo origen se desconoce.
En este sentido queremos señalar que el hecho de que un dicho o una sentencia, a todas luces popular, se plasme por escrito a partir de un determinado momento no implica, necesariamente, que no existiera con anterioridad.
CONCLUSIÓN
En conclusión, consideramos que todas las sentencias que aparecen grabadas en los grafitos de Veleia, son perfectamente factibles en la cronología propuesta en cada caso. La mayor parte de ellas corresponden a textos de época antigua, transmitidos de forma más o menos literal hasta la actualidad. En algunos casos puntuales no se conserva registro escrito anterior a la Edad Media, pero teniendo en cuenta el contexto estratigráfico en que aparecieron y el hecho de que, en definitiva, son textos con un fuerte carácter popular; es perfectamente posible que ya existieran con anterioridad. No hay que perder de vista la importancia que tiene la transmisión oral en relación a los dichos, refranes, sentencias. Por eso ni siquiera el primer testimonio escrito que se conserve de cada una de ellas puede hacernos pensar en la imposibilidad de que no existieran ya antes, sea en otros escritos no conservados, sea en forma oral. Pero lo que de ninguna manera se puede pretender, es utilizar el momento en que se supone que estas sentencias tuvieron más difusión, como elemento preferente de datación, sobre todo si este argumento se utiliza con el objetivo de dirimir en contra de la antigüedad que realmente les corresponde.

RECAPITULACIÓN

Como recapitulación general, consideramos que en el presente Informe hemos expuesto los principales problemas que, para los expertos de la comisión científico-asesora, plantean los denominados “grafitos de carácter excepcional” en lo que respecta a cuestiones lingüísticas del latín, epigráficas y paleográficas, para su atribución a época romana. Los hemos evaluado, exponiendo nuestro punto de vista con respecto a cada uno de ellos, aportando las opiniones de otros expertos, así como abundante documentación de época romana que, a nuestro juicio, viene a demostrar que muchas de las argumentaciones de dichos expertos no se sostienen o son muy matizables.
En este sentido, pensamos que los informes presentados por ellos, no han aportado prueba alguna que demuestre fehacientemente que los grafitos no pudieron ser elaborados en época romana, mucho menos aún, que se traten de una falsificación y, de ningún modo, que ésta sea moderna.
Por lo tanto, teniendo en cuenta
• Que el material evaluado proviene de diversos contextos arqueológicos, cada uno de ellos ubicado en una secuencia estratigráfica bien establecida.
• Que el registro estratigráfico en que se localizó cada uno de los conjuntos de grafitos, garantiza la adscripción cronológica de los hallazgos a época romana, concretamente a un período entre los siglos III y V d.C.
• Que no hay ningún aspecto lingüístico, epigráfico o paleográfico que pruebe de forma irrefutable que los grafitos no pudieron ser realizados en época romana.

Concluimos que, con los datos disponibles, los “grafitos de carácter excepcional” de Iruña-Veleia podrían ser adscribibles a época romana.

Fdo.: Idoia Filloy Nieva
En Nanclares de la Oca, a 22 de Abril de 2009
(Terminado de revisar el 4 de Noviembre de 2009)

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