Introducción

Por Idoia Filloy Nieva y Eliseo Gil Zubillaga

FICHA TÉCNICA

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Datos de excavación, estratigrafías, cronologías, fotografías, dibujos, etc.: Eliseo Gil Zubillaga (E.G.Z.) e Idoia Filloy Nieva (I.F.N.).
Clasificación del material arqueológico: I.F.N.
Lectura de los grafitos epigráficos: E.G.Z. e I.F.N. Las correspondientes a la UE 51144, fueron cotejadas con las de Juan Santos Yanguas y Pilar Ciprés Torres. Las que presentan textos en euskera, son coincidentes con las de JM. Elexpuru, especificándose también la lectura de éste, en los casos en que no es así. Cuando hay alguna diferente de la de dichas personas, se señala en cada caso. Las denominamos lecturas porque no son transcripciones epigráficas propiamente dichas, no utilizándose la codificación al uso. En estas lecturas hemos optado por poner el texto sin añadir el paréntesis con tres puntos (…) aunque éste parezca incompleto, precisamente para no expresar interpretación alguna al respecto. Este código solo se ha empleado cuando había seguridad de que faltaba algo. Cuando no existía seguridad en la interpretación de una letra, ésta se ha puesto entre paréntesis y con una interrogación (?), o bien, se han dado las opciones posibles. Cuando se indica una letra entre paréntesis, por ejemplo (A), es que se tiene la seguridad de que estaba ahí.
Descripción de los grafitos figurativos: E.G.Z e I.F.N.
Fotografías de los grafitos (se señala en cada caso): Lurmen S.L. y Quintas para el Proyecto Iruña-Veleia IIIer. Milenio, Servicio de Restauración DFA.
Informatización: Koenraad Van den Driessche

¿Qué es la ostracabase?

La ostracabase pretende mostrar los grafitos de carácter excepcional localizados en Iruña-Veleia, ordenados según los distintos sectores de excavación o sondeos en los que fueron localizados y, en cada uno de ellos, por recintos (en el caso de que los hubiera) y unidades estratigráficas (U.E.). En cada uno de estos estratos, se ofrecen los grafitos excepcionales localizados, cada uno con su ficha individualizada, su fotografía (en caso de disponerse de ella), su propuesta de lectura y/o su descripción.

El primer objetivo de la ostracabase sería, por tanto, publicar estos grafitos según sus contextos arqueológicos de origen.

El segundo objetivo de la ostracabase sería el de exponer este material arqueológico a un debate de carácter científico. De esta forma, se establece la posibilidad de participar en una discusión abierta sobre cada grafito.

¿Qué información se recoge en la ostracabase?

Como hemos señalado, los grafitos se presentan organizados según su proveniencia arqueológica: sector de excavación o sondeo, recinto -en su caso- y U.E. En primer lugar, hemos de señalar que los datos de localización, descriptivos o estratigráficos que se ofrecen en la ostracabase, relativos al contexto de aparición de los materiales, son de carácter básico. Es decir, no estamos ante una memoria de excavación en que se aportan todos los datos recogidos en campo, o todas las fotografías o todos los dibujos. Lo que se pretende, únicamente, es ofrecer unas pinceladas mínimas que muestren cómo estamos ante material arqueológico contextualizado en secuencias estratigráficas establecidas en un proceso de excavación normalizado, en el que se ha aplicado la metodología arqueológica al uso. Obviamente, nos referimos a las excavaciones llevadas a cabo por E.G.Z. e I.F.N. de la empresa Lurmen S.L, concesionaria de la excavación.

Esta organización estratigráfica del material, es fundamental para establecer la naturaleza y cronología de cada uno de los contextos de hallazgo de estos materiales, los cuales mostrarán una coherencia temática propia. No se pueden mezclar interpretativamente materiales localizados en lugares diferentes (aunque provengan todos de un mismo yacimiento) y correspondientes a momentos cronológicos (y por tanto históricos) distintos. Esto es básico en un análisis que se pretenda científico. Por eso nos parece absolutamente necesaria esta manera de organizar la presentación del material, como forma de poder estudiarlo correctamente y extraer conclusiones que resulten válidas.

Se aporta también el dato de la cronología de cada una de estas UU.EE., la cual se deriva de la ubicación de cada estrato dentro del registro estratigráfico de cada zona y de los materiales arqueológicos localizados en cada uno. Los estratos relacionados, tienen que mostrar una secuenciación coherente cronológicamente, cuya datación vendrá acotada por el tipo de evidencias localizadas, habiéndose de tener en cuenta todos los factores posibles por los que un material queda incorporado a un estrato, incluida una posible disposición secundaria del mismo. En otras palabras, son los materiales arqueológicos de cada nivel los que proporcionan los indicios cronológicos de cuándo se formó cada uno de ellos y la datación individual debe resultar coherente dentro de la secuencia estratigráfica establecida y, por tanto, dentro de las relaciones de anterioridad y posterioridad que de ella se deriven. Solo unos pocos grafitos carecerán de una datación estratigráfica, por haberse localizado en prospección superficial o en los estratos superficiales del registro.

Así, tras lo que ha de entenderse como una presentación sucinta de cada sector o sondeo, recinto y unidad estratigráfica, con su datación, se muestran los grafitos de carácter excepcional localizados en cada caso. El criterio de selección de los mismos lo comentamos seguidamente.

De cada grafito, se muestra una fotografía, si bien no disponemos de fotografías de todas las piezas. Seguidamente, se ofrece la clasificación del soporte de ejecución del grabado, indicándose la zona del mismo en que fue ejecutado. Si la pieza presenta grafitos en dos de sus caras, la cara A, corresponderá a lo que, en origen, era la superficie exterior del recipiente y, la cara B, a la interior. A continuación se realiza la propuesta de lectura del grafito en el caso de aquellos de contenido epigráfico, así como una breve descripción de los que muestran figuras. En general, no se entra en una interpretación de los mismos. Tras la presentación de cada pieza se ofrece un apartado para el comentario de las mismas. Se trata de un campo abierto al debate científico que es como entendemos que debe llegarse a conclusiones y, finalmente, a un consenso… o no.

¿Qué son los hallazgos excepcionales?

Queremos dejar claro, en primer lugar, que el hecho de considerar un grafito como excepcional no significa, en modo alguno que esto sea sinónimo de problemático, sino más bien quizás de sorprendente y/o novedoso. Por otro lado, el concepto de grafito excepcional, no resulta tan fácil de determinar. Quizás ya el mero hecho de no corresponder a las supuestamente habituales marcas de propiedad ya constituya en sí un criterio de excepcionalidad, por cuanto indica una finalidad diferente y, en ocasiones, incluso difícil de establecer, pero que aporta interesante datos sobre nuestras antiguas sociedades. Pero también entre los grafitos que cumplen, aparentemente, la función de servir de indicación sobre la propiedad o usuario de una pieza, se pueden evidenciar caracteres excepcionales por el tipo de expresión gráfica utilizada o por ser una expresión escrita del tan difícilmente rastreable latín vulgar, por ejemplo.

Es por tanto complicado y, por supuesto, discutible el criterio que se ha seguido para destacar un hallazgo entre el resto como “de carácter excepcional”. Hay grafitos que lo son sin duda alguna, por su propio contenido (por la lengua plasmada, por la expresión gráfica de la misma, por las imágenes grabadas, etc.). En las excavaciones llevadas a cabo por nosotros en Iruña-Veleia, la mayor parte de éstos, aparecieron formando parte de conjuntos más amplios de grafitos (no todos excepcionales), si bien también los hay que se registraron de forma individualizada en determinados estratos.

De este modo, se ofrece aquí -por un lado- una selección de aquellos grafitos que consideramos excepcionales por su contenido y que aparecieron como expresión gráfica aislada entre otros materiales arqueológicos. Corresponden a diversas campañas de excavación y a diversos sectores, como veremos. Por otro lado, se exponen aquellos que forman realmente conjuntos gráficos. Somos conscientes de que, dentro de ellos, los hay excepcionales y los hay que no lo serían en sí mismos. Sin embargo, en estos casos, para no desvirtuar el contexto ni la visión de conjunto, ofrecemos todos los grafitos aparecidos en esos estratos en concreto, que tengan una cierta enjundia, excluyendo únicamente aquellos compuestos por trazos que no aportan información. Como en cada conjunto se aportará el número de grafitos localizados, cotejando éste con el número de grafitos individualizados en la ostracabase, el resto lo constituirán dichos grafitos simples.

¿Cómo y cuándo han sido encontrados?

Los grafitos coordenados, se identificaron in situ, tras el levantamiento de la pieza del estrato en excavación (generalmente por una limpieza mecánica en el momento) y fueron coordenados en el momento de su localización, siendo la fecha que figura en el inventario la del día en que se encontraron.

Otros grafitos, la mayoría, no se identificaron en el momento del levantamiento del soporte, debido -con seguridad- al hecho de estar cubiertos con la propia adherencia de la tierra del estrato sobre el soporte y a no haberse realizado una limpieza mecánica in situ. La referencia estratigráfica en estos grafitos es, por tanto, la genérica de la unidad estratigráfica donde se localizó. En el caso de la profundidad, se anota en cada pieza una del ratio de cotas del estrato, si bien es una simple referencia para la ficha, puesto que la pieza se localizó dentro de dichos márgenes. La fecha que se adscribe a este material no coordenado corresponde a uno de los días de excavación del estrato (en general el último) no al momento en que dicho material fue identificado durante el procesamiento del material. Por ejemplo en el caso de la UE 51144, donde se localizaron miles de evidencias materiales, su procesamiento duró meses aunque comenzó al mismo tiempo en que se inició la excavación del estrato. Por tanto, gran parte de los grafitos de esta UE, se detectaron con posterioridad a la finalización de su excavación, si bien en la ficha se les asignó una fecha de excavación del estrato. Por eso no fue posible en modo alguno plantearse, en este caso concreto, un cambio en la estrategia metodológica de excavación. Por la sencilla razón de que ésta ya estaba concluida cuando pudimos percibir la magnitud y entidad del conjunto.

Queremos hacer aquí una pequeña reflexión sobre el hecho de que los grafitos se identifiquen, mayoritariamente, durante el procesamiento del material y no in situ. Y no solo los excepcionales, sino TODOS. Hemos de señalar, en primer lugar, que esto es lo habitual. Y explicaremos el por qué. El material arqueológico sale sucio de la tierra, y eso ocurre siempre. Dependiendo del soporte (esto es, si es cerámica -y el tipo de ésta-, hueso, metal, vidrio, etc.) y del tipo de tierra del estrato que lo contiene, puede presentar un mayor o menor grado de adherencia de dicha tierra. Por ejemplo, no es lo mismo una matriz muy arcillosa, que se pega más a los objetos contenidos en ella que una tierra de textura arenosa. No es lo mismo cómo se adhiere la tierra a una sigillata con un engobe bien cocido que a otra de peor calidad o a una cerámica común. Son muchos los condicionantes que intervienen en la mayor o menor adherencia de la "suciedad" con la que aparece un material arqueológico y en la mayor o menor dificultad para eliminar esa "suciedad". En ocasiones dicha "eliminación" resulta ciertamente difícil, llegando a quedarse el engobe de algunas piezas más adherido a la tierra que al propio recipiente, por ejemplo. Si se localizaran materiales limpios in situ con grafitos bien visibles, sería algo realmente sorprendente, cuando no altamente sospechoso.

En ocasiones, el arqueólogo que encuentra una pieza, realiza una limpieza mecánica in situ, generalmente porque hay algo de la misma que le llama la atención. Por ejemplo. una decoración a molde que se intuye bajo la tierra adherida y se quiere ver en el momento. A veces esta "limpieza" conlleva el descubrimiento, por ejemplo, de un grafito o de cualquier otro detalle relevante, hasta ese momento desconocido. Y entonces se procede a la toma de coordenadas del punto exacto donde apareció. Pero muchas veces los fragmentos de material, aparentemente normales, simplemente se depositan en un contenedor junto al resto de las evidencias (o 'material general') que se localizan en su mismo estrato. Y ello por la propia dinámica de excavación, máxime en un yacimiento donde diariamente aparecen cientos de fragmentos de material arqueológico. Por eso, es durante el procesamiento del material, esto es, durante su limpieza, cuando mayoritariamente se descubre la presencia de grafitos grabados en el material arqueológico. Y generalmente, es sobre los grafitos donde más se acumulan las adherencias que, unas veces saltan con más facilidad precisamente en las zonas de los surcos y otras no.

Por otro lado, ya hemos dicho que los grafitos siempre se identifican o al levantar la pieza del suelo o durante el proceso de limpieza. Es prácticamente imposible verlos antes de sacar la evidencia material de la tierra, tanto por la mencionada suciedad, como por el hecho de que los grafitos, no lo olvidemos, son grafismos de muy pequeño tamaño. Tampoco podemos dejar de señalar, aunque sea una obviedad, que el grafito puede estar grabado por la otra cara, esto es, por la cara que queda pegada a la tierra. Si reflexionamos un poco veremos que en las memorias de excavación al uso, no aparecen fotos de grafitos in situ, precisamente por esto, porque se ven tras su levantamiento. Si aparecen fotos de ese tipo, se trata -muy probablemente- de piezas "reposicionadas" lo cual no deja de ser un pequeño engaño.

Traemos aquí a colación un ejemplo sobre lo que estamos diciendo. Si vamos al sondeo 105 de la ostracabase y vemos las fotos de los restos de una inhumación tardorromana in situ que apareció en él, encontraremos la de un gran plato de sigillata del siglo V, conservado en el punto exacto donde fue depositado como parte del depósito funerario. Se trata de uno de esos casos en los que la arcilla estaba tremendamente adherida a la superficie cerámica. De hecho, quitando la tierra, el engobe se iba con ella. Como vemos, en la foto no se aprecia (aparentemente), la presencia de un grafito. La foto se hizo porque era un enterramiento. Sin embargo, ahí estaba el grafito, casi (y decimos casi) invisible bajo la suciedad. En definitiva, que las fotografías de grafitos localizados in situ antes del levantamiento de la pieza en los que realmente se vea el grafito son prácticamente imposibles. Quien dice lo contrario, es que no tiene mucha experiencia en campo ni es conocedor de cómo salen los materiales arqueológicos en una excavación.

¿Hay una explosión del número de grafitos encontrados en los años 2005 - 2006?

En las excavaciones llevadas a cabo por Gratiniano Nieto en Iruña-Veleia (1949-1954) y pese a la drástica selección en la recogida de material (por la que pudieron perderse muchos grafitos grabados sobre elementos de pequeño formato, o sobre hueso, por ejemplo), éste publicó 31 graffiti, si bien en los fondos del Museo de Arqueología se conservan más. Ya entre éstos, había alguno que evidenciaba una plasmación escrita del latín vulgar o nombres de persona de origen no latino, novedosos para los repertorios onomásticos de época romana. Es decir, grafitos que se podrían considerar excepcionales.

Por su parte, el total de grafitos inventariados en este yacimiento durante las excavaciones dirigidas por Eliseo Gil (1994-2008) es de 1536, si bien en este caso la recogida del material fue minuciosa y sistemática, como corresponde al uso de una metodología arqueológica moderna. Como ejemplo comparativo, vemos que otros yacimientos de época romana, como el de Augusta Raurica (Suiza), han proporcionado también un elevado número de grafitos, concretamente y en el caso del yacimiento suizo 1809 ejemplares.

Entre estos grafitos ya se habían detectado algunos de carácter excepcional con anterioridad a 2005 y han seguido apareciendo hasta el 2008, si bien es cierto que los hallazgos de este tipo de evidencias se concentraron entre 2005 y 2006. Y es que, fuera de estos dos años, aparecían como manifestación gráfica aislada, junto a otras evidencias arqueológicas habituales, dentro de sus correspondientes contextos estratigráficos. En este caso, tendríamos, por ejemplo, algunos interpretables como elementos de iconografía cristiana, como dos crismones o un soberbio vaso de vidrio procedente de un taller renano con una leyenda (por cierto, con una "M" de ángulo alto grabada en su taller de origen) e iconografía también interpretables como de carácter cristiano. Estos hallazgos fueron publicados en su día y asumidos por la comunidad científica, sin mayor problema.

Pero ciertamente, es en los años 2005 y 2006, cuando se produjo el mayor número de hallazgos de lo que podríamos considerar grafitos excepcionales, tanto de forma aislada –como la descrita anteriormente-, como formando conjuntos coherentes, en el sentido de que aparecieron en estratos arqueológicos de época romana, junto a miles de evidencias de dicha cronología, pero, en lugar de aparecer de forma aislada, lo hacían en contextos concretos y en número suficiente para ser considerados como conjuntos, hecho que multiplicó exponencialmente su número. Por otra parte, la diversificación de los puntos en los que se localizaron grafitos excepcionales se debió fundamentalmente a una intensificación de los trabajos de excavación en el yacimiento, tanto al trabajarse en amplias áreas al interior del recinto amurallado, como por la ejecución de casi 300 sondeos en el exterior del mismo, dentro de un proyecto para la delimitación del yacimiento de cara a su protección.

Ya Ciprés y Santos, señalaron que "Otro de los componentes comunes de la epigrafía de los yacimientos romanos son los grafitos. En unos casos se trata de grafitos parietales (pintados sobre las paredes, como ocurre con los famosos grafitos de la ciudad de Pompeya), en otros la escritura ha sido realizada con tinta sobre tablillas de madera (como es el caso de los aparecidos en las excavaciones del campamento romano en Vindolanda en el Vallum Hadriani) y, finalmente, el grupo más numeroso y que no falta en ningún yacimiento, el formado por inscripciones grabadas sobre soporte de materiales de distinto tipo (cerámica, básicamente, pero no únicamente sigillata, aunque también sobre vidrio, hueso e, incluso, metal). Este material ofrece una valiosísima información que amplía los datos proporcionados por los restantes testimonios epigráficos y arqueológicos.
A este último grupo pertenece el gran número de grafitos descubiertos hasta el presente en el yacimiento de Iruña-Veleia, un yacimiento que ya desde antiguo ha proporcionado gran cantidad de material de este tipo. Pero ha sido sin duda a partir de los hallazgos del conjunto de grafitos en la estancia de la casa de Pompeia Valentina en el Sector 5 del yacimiento, en el verano de 2005 y de otros conjuntos con menor número de ejemplares, aunque también numerosos, en otras estancias intramuros como resultado de excavación, o extramuros en el transcurso del proceso de sondeos para la delimitación del yacimiento, cuando los grafitos conocidos en Iruña-Veleia han superado el número y la variedad del resto de conjuntos conocidos en otras ciudades romanas de Hispania y de otras grandes ciudades del Imperio
".

Juan Santos Yanguas - Pilar Ciprés Torres UPV/EHU: "Informe sobre la epigrafía del yacimiento romano de Iruña-Veleia", incluido en el Informe sobre los hallazgos de grafitos de carácter excepcional Idoia Filloy Nieva - Eliseo Gil Zubillaga, 2007. Pág. 162.

Y en la nota 65 de esa misma página, señalan en relación a las antiguas excavaciones de Nieto: "Hay que hacer notar que en la obra de G. Nieto (1958): El oppidum de Iruña, Vitoria-Gasteiz, se recogen ya 31 ejemplares de este tipo de inscripciones, en un momento en que la dinámica de las excavaciones llevaba a que piezas arqueológicas de estas características fueran despreciadas, porque se buscaba sobre todo material digno de ser expuesto, como la figura togata del Museo Arqueológico Provincial, por ejemplo".
Informe de mayo 2007 presentado a la Comisión el día 16 de enero 2008

Así, presentamos aquí un total de 420 grafitos, repartidos en 20 puntos de excavación diferentes (sector o sondeo) del extenso yacimiento de Iruña-Veleia.

La ostracabase en números

NIVEL ESTRATIGRAFICO No coordenadas Coordenadas Total
SECTOR 3 2 7 9
Recinto 1 2 6 8
3023 0 1 1
3024 0 2 2
3037-B 2 3 5
Sin recinto 0 1 1
3001-B 0 1 1
SECTOR 5 172 42 214
Recinto 26 0 1 1
5079 0 1 1
Recinto 52 1 2 3
5851 1 0 1
5919 0 2 2
Recinto 56 1 0 1
5001 1 0 1
Recinto 59 164 39 203
51144 164 39 203
Recinto 61 5 0 5
51184 5 0 5
Recinto Calle 1 0 1
5139-B 1 0 1
SECTOR 6 65 2 67
Recinto 8 31 1 32
6076 28 1 29
6188 3 0 3
Recinto 10 1 0 1
6082 1 0 1
Recinto 12/14 26 0 26
6181 4 0 4
6182 5 0 5
6185 15 0 15
6190 2 0 2
Recinto 13 7 1 8
6177 0 1 1
6180 6 0 6
6202 1 0 1
SECTOR 12 69 9 78
Recinto 2 58 0 58
12001 1 0 1
12030 27 0 27
12031 29 0 29
12060 1 0 1
Recinto 3 7 7 14
12046 1 0 1
12075 0 1 1
12076-B 0 2 2
12077 6 4 10
Recinto 4 4 0 4
12001 1 0 1
12023 3 0 3
Recinto 8 0 2 2
12050 0 1 1
12068 0 1 1
SONDEO 6 5 0 5
6002 5 0 5
SONDEO 28 3 1 4
28009 2 1 3
28010 1 0 1
SONDEO 29 3 0 3
29007 3 0 3
SONDEO 32 22 0 22
32003 1 0 1
32005-A 2 0 2
32005-C 19 0 19
SONDEO 47 0 1 1
47002 0 1 1
SONDEO 60 0 1 1
60001 0 1 1
SONDEO 86 0 1 1
86008 0 1 1
SONDEO 87 1 0 1
87003 1 0 1
SONDEO 88 0 1 1
88006 0 1 1
SONDEO 105 0 1 1
105003 0 1 1
SONDEO 111 1 0 1
111004 1 0 1
SONDEO 112 1 0 1
112003 1 0 1
SONDEO 120 2 0 2
120003 2 0 2
SONDEO 121 1 0 1
121003 1 0 1
SONDEO 159 0 1 1
159003 0 1 1
SONDEO 178 0 1 1
178004 0 1 1
PROSPECCIÓN 5 0 5
Finca 77-C 1 0 1
Finca 86 1 0 1
Finca 95 1 0 1
Finca 98A 1 0 1
Finca 98-B 1 0 1
Total general 352 68 420
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